La Virgen del Carmen volvió a procesionar en la tarde de ayer por las calles de la ciudad coincidiendo con su festividad litúrgica. Como es habitual, la procesión fue seguida por miles de jerezanos, que no quisieron faltar a una de las citas más tradicionales del calendario cofradiero. La principal novedad vino dada este año por la presencia tras el manto de la Santísima Virgen de la Banda Municipal de Música de San Fernando, que tomó de este modo el relevo de la sevillana Banda de Tejera. Por lo demás, la Reina del Carmelo lució un elegante exorno floral compuesto por claveles, gladiolos y nardos blancos, siendo la cuadrilla de costaleros comandada por Miguel Ángel Jaén Torres.
La procesión se inició al filo de las ocho de la tarde, tomando el cortejo por Carmen, Chapinería, Padre Luis Bellido, plaza Plateros, Tornería, Eguilaz, plaza del Banco, Larga, Lancería, plaza del Arenal, Consistorio, plaza de la Asunción, José Luis Díez, plaza del Arroyo, Barranco, Curtidores, plaza Peones, Carpintería Baja y plaza del Carmen.
Con la presencia de la Santísima Virgen en la calle culminaban los cultos que se habían venido celebrando en los días previos en el interior de la basílica, y que de nuevo han contado con una importante asistencia de devotos y cofrades en general. Así, como viene siendo habitual en estos últimos años, la Real Hermandad de Damas y Caballeros del Carmen dedicó cada una de las jornadas de la novena a corporaciones que vienen celebrando distintas efemérides.
De este modo, se dedicaron eucaristías a la Hermandad del Amor y Sacrificio -en su 75 aniversario fundacional-, o a la Hermandad de la Cena -en el 475 aniversario de la Sacramental de San Marcos-. De igual modo se reunió en una misma eucaristía a todas aquellas corporaciones que rinden culto a la advocación de la Misericordia, coincidiendo con el Jubileo decretado por el Papa Francisco.
Además, en el transcurso de esta novena se ha conocido la intención de la Hermandad del Cristo de la Expiración de afiliarse a la Orden Carmelita y de este modo compartir el carisma a trasvés del servicio, la fraternidad y la oración. Esta decisión se justifica en la vinculación histórica que la cofradía del Viernes Santo tiene con los marineros y la gente de la mar.
Esta afiliación deberá plasmarse próximamente en un acto formal entre ambas instituciones, que ya de hecho mantienen lazos de hermandad.
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