Sevilla

Fueron señas de identidad urbana

La última fotografía de la primera línea recuerda la fuente de la Virgen de los Reyes...

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  • Plaza de San Pedro -

Hasta los años setenta estuvo el primer edificio que reproducimos en la plaza de San Pedro, esquina con la plaza del Cristo de Burgos. Fue construido en 1912 por el arquitecto Juan Talavera y Heredia por encargo de Rafael Lamadrid, con estilo regionalista. Durante más de medio siglo fue símbolo de la zona, frente a la iglesia parroquial. La segunda imagen reproduce el proyecto de fachada realizado por Aníbal González Álvarez-Ossorio en 1909 para la reforma de la sede de la Sociedad Económica de Amigos del País, en la calle Rioja. Un edificio cargado de historia sevillana, donde se celebró la reunión de los poetas de la Generación de 1927, organizado por el Ateneo.

La última fotografía de la primera línea recuerda la fuente de la Virgen de los Reyes, una pieza monumental dedicada a la patrona que estuvo desde el último lustro de los años diez del siglo XX en la trasera del Pabellón de Bellas Artes, actual Museo Arqueológico. La fábrica de la fuente fue obra del arquitecto Aníbal González Álvarez-Ossorio, en ladrillo agramilado decorado con azulejería, y las esculturas fueron realizadas por Adolfo López Rodríguez en barro cocido vidriado. Se desconocen las causas que justificaron la destrucción de esta fuente monumental y el destino de las esculturas de la Virgen de los Reyes, del escudo de la ciudad y de las Santas Justa y Rufina.

Para construir el actual antiguo edificio del Banco Urquijo se derribaron tres casas regionalistas en la avenida de la Constitución. Una de ellos aparece en la imagen con el cartel anunciador de su destino. La casa fue mandada construir en 1913 por Juan Bautista Calvi al arquitecto José Espiau y Muñoz. Los otros dos edificios demolidos fueron obras de Aníbal González y Antonio Gómez Millán. Sigue la casa Abascal, construida en 1923 por Aníbal González Álvarez-Ossorio y derribada en los años sesenta o primeros setenta.

Por último, la clausura del teatro y cine Coliseo España (1931-1970) puso en peligro de derribo el edificio regionalista de los arquitectos José y Aurelio Gómez Millán. En mayo de 1974 se salvó de la destrucción total al ser declarado monumento histórico artístico de carácter local por parte de la Dirección General de Bellas Artes, a propuesta del alcalde Juan Fernández Rodríguez-García del Busto, que tuvo el apoyo del Colegio de Arquitectos. De manera que se salvaron las fachadas y se destruyó el interior para adaptarlo a las necesidades del Banco de Vizcaya. Los vestíbulos tenían en las paredes pinturas de Francisco Hohenleiter, representando escenas de “Los intereses creados”, “El retablo de Maese Pedro” y de un corral de comedias del siglo XVII. La imagen que reproducimos del vestíbulo del primer piso da idea de la belleza interior del edificio.

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