Los Reales Alcázares de Sevilla volverán a engalanarse este fin de semana para cumplir una de sus funciones primigenias: la recepción de altos dignatarios -Barack Obama en este caso- por parte del Rey de España, en la que ha sido la residencia sevillana de los monarcas hispanos desde hace seiscientos años.
El presidente norteamericano será recibido por Felipe VI en el conjunto palaciego en la mañana del domingo para recorrer sus estancias y jardines y, posteriormente, visitar la Catedral de Sevilla y las calles céntricas de la capital andaluza.
Los Reales Alcázares, situados en la Casco Histórico de la capital hispalense, conforman un conjunto de construcciones palaciegas, rodeado de jardines de ensueño, en los que el agua, por su omnipresencia y musicalidad, se alza como la gran protagonista de un vergel digno de las fábulas de las Mil y una Noches, y esto todo protegido aún por la muralla de origen almohade.
Construido sobre el palacio original del primer califa andaluz, Abderramán III, en el año 913, el conjunto histórico de origen árabe constituye una sucesión ininterrumpida de estilos artísticos: almohade, mudéjar, gótico, renacentista y neoclásico.
Al trazado original de tiempos del Califato de Córdoba se le fueron agregando, a lo largo de sus más de mil años de historia, modificaciones arquitectónicas y artísticas en consonancia con la estética dominante de cada época.
Así, la impronta de la época de las taifas, en las que el rey y poeta musulmán Al-Mutamid componía sus versos junto a las albercas palatinas, deja paso al estilo mudéjar de tiempos de Pedro el Cruel o la estética gótica del palacio de Alfonso X el Sabio, que se completa con ricos añadidos renacentistas, barrocos y neoclacisistas de épocas posteriores.
Tras recorrer este crisol de estilos artísticos de diferentes épocas y culturas, Barack Obama saldrá por la puerta del León, entrada habitual de los Reales Alcázares para los turistas, a la céntrica Plaza del Triunfo, donde se encontrará de frente con la imponente silueta gótica de la tercera catedral más grande de la cristiandad.
El presidente estadounidense dirigirá sus pasos al templo metropolitano dejando a su izquierda el edificio con más vínculos americanos de la ciudad: el Archivo General de Indias, centro de la vida comercial de la metrópoli sevillana en tiempos coloniales y que en la actualidad conserva un gran número de legajos de la administración de las colonias.
En la Catedral de Sevilla, el dirigente norteamericano volverá a encontrarse con la amalgama de estilos y culturas tan característico de la capital andaluza, y que tiene su máxima expresión en la Giralda, antiguo alminar almohade reconvertido en campanario cristiano en la que se pueden encontrar incluso sillerías romanas reutilizadas por los musulmanes en su construcción.
Levantado sobre la antigua mezquita almohade de Sevilla, el templo gótico comenzó a edificarse en la primera mitad del siglo XV y se distribuye en cinco naves con bóvedas de crucería, entre las que destaca la bóveda estrellada de la nave central, bajo la que se ubica el altar mayor, considerado una de las mayores obras de estilo gótico de la historia del arte.
En las naves exteriores se abren capillas góticas y renacentistas situadas entre los contrafuertes a los que los arbotantes transmiten la presión de la nave central y que permiten que ésta se eleve sobre las demás, al igual que en crucero, y que en sus muros se abran grandes ventanales por cuyas vidrieras penetra la luz en abundancia.
Posteriormente, Barack Obama, acompañado en todo momento por el Rey, recorrerá algunas de las calles más céntricas de Sevilla para dar por concluida una jornada cultural en la que el presidente americano se empapará de la historia sevillana a través de los principales monumentos de la ciudad.
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