A partir de este próximo jueves, la grada de Gol Sur que hasta ahora conocían los béticos desde hacía ya varios años, será derribado para poner los cimientos del siguiente proyecto urbanístico.
Una presentación que corrió a cargo del presidente del Betis, Ángel Haro, conjuntamente con el arquitecto González Cordón, en la que se han ofrecido detalles de la demolición y posterior reforma en término económicos y estructurales.
Unas obras que tendrá como punto de partida el derribo del actual graderío de Gol Sur, con una inversión de 15 millones de euros y que está previsto, se terminen en agosto de 2017.
La nueva grada albergará a 15.000 espectadores en su totalidad, por lo que la capacidad final del estadio, registrará en torno a los 60.000 asientos. Y lo más importante, sin que menoscabe ni un euro el presupuesto deportivo de la entidad heliopolitana, como ha manifestado el máximo dirigente del club verdiblanco.
El presidente bético justificó su afirmación en que las cuentas salen en un escenario de tipos de interés bajos en el que los ingresos adicionales, que no se tendrían si no se hiciese la obra, son mayores que los gastos.
La única petición y que ya ha hecho llegar el propio Haro a la Liga; es que arranquen la temporada a ser posible como visitantes y no se pongan en venta entradas foráneas, para poder así colocar a todos los socios de aquella parte del estadio, que deberán ajustarse a otros lugares del ya denominado, Diplodocus.
Una oportunidad de empleo bético
Y es que el club bético abrirá una bolsa de trabajo con la empresa constructora para los seguidores del conjunto verdiblanco que cumplan una serie de requisitos. Con esta medida, el Betis pretende ayudar a aquellos abonados que atraviesen a día de hoy por una complicada situación y que necesiten un dinero para salir adelante laboralmente en estos tiempos de crisis que tanto azotan a nuestro país.
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