Cuando escribo este comentario de cada semana aún no se ha celebrado el esperado debate a cuatro de los que están llamados a liderar España a partir del 26 J. Después del debate habrá opiniones para todos los gustos. Los cuatro, Mariano, Pedro, Pablo y Albert se considerarán vencedores, aunque lo harán con la boca pequeña porque serán sus equipos los que , finalmente, indicarán si han estado o no acertados y si han llegado o no al pueblo que se debate entre a quién votar o a quién no votar o, incluso, a quedarse en casa.
Porque las encuestas están ahí, pero hablan de un porcentaje de indecisos superior al treinta por ciento. De todas maneras a los políticos que, nos gusten o no, nos van a gobernar hay que pedirles lo que Marcelo, el jugador del Real Madrid, decía que había situado a su equipo como campeón de Europa. El brasileño hablaba de compromiso, humildad y paciencia.
A los gobernantes, si al final las encuestas tienen razón y no hay mayoría absolutas, habrá que pedirles compromiso, compromiso con un Estado que se sigue llamando España que no puede ir a más elecciones, que no puede gastar más dinero en elecciones y que necesita de una vez y por todas de un acuerdo de sus dirigentes.
Y, aparte de ese compromiso, humildad porque hay que ser humildes para saber perder y saber dejar gobernar al que ha sacado más escaños porque así lo ha decidido el pueblo que, les pese a quienes les pese, sigue siendo soberano. Y también habrá que pedirles una buena dosis de paciencia, para no perder el tono con los ataques de los unos y los otros y para saber que con diálogo se debe llegar al entendimiento que haga gobernable a un país que ha perdido medio año con un Gobierno en funciones que obviamente no es bueno para la economía, aunque para el pueblo llano, como ya indiqué en un comentario anterior, la vida ha seguido igual, aunque hay termómetros que miden la inseguridad de agentes económicos y sociales que precisan de una estabilidad para seguir avanzando en temas como la economía, la educación, las relaciones internacionales, los temas nacionales que afectan a la identidad del Estado u otros de calado.
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