El San Fernando CD estará este lunes a las once de la mañana en el bombo de la Federación Española de Fútbol para conocer el rival con el que se emparejará en la tercera y eliminatoria final de ascenso a Segunda B. Y todo ello gracias a que el equipo de Ñoño Méndez empató a un tanto este domingo en el fortín de La Planilla de Calahorra, haciendo bueno el 2-1 de la ida en Bahía Sur para un cómputo global de 3-2 en la eliminatoria con el cuadro riojano.
De entrada, el técnico sevillano volvió a demostrar que no se casa con nadie y con él juegan los que ve mejor en cada momento y en Calahorra apostó por darle la titularidad a Zamora en la portería, que estuvo de dulce, y a Mario por Iván, si bien el canterano se tuvo que retirar en el 39 y dejar su sitio a Carlitos.
La puesta en escena del San Fernando en tierras riojanas fue inmejorable porque a los tres minutos se ponía por delante en el marcador 0-1. Ñoño le robó la cartera a Sito y se la puso a Edgar para que remachara al fondo de las mallas la pelota. El madrileño ha sido el auténtico azote del Calahorra en esta eliminatoria ya que ha logrado los tres goles del cuadro azulino.
El tanto dejó tocado al equipo de Eduardo Arévalo que veía como los isleños ponían más tierra de por medio en la eliminatoria. Sin embargo, los locales no arrojaron la cuchara y a partir de la media hora de juego dieron un paso al frente y cercaron la meta de Zamora. En el 35 un lanzamiento de Israel Losa se estrelló en la madera y en el 37 el mejor hacer de los rojillos dio sus frutos, al empatar de cabeza Luis Martínez.
Los isleños volvieron a asomar la cabeza en ataque en el 42 con una falta que lanzó Dani Martínez y la pelota se estrelló en la barrera, llegando al rechace a Ñoño que disparó por encima del larguero. En la prolongación del primer tiempo Zamora estuvo providencial para evitar el segundo en una falta lanzada por el goleador Losa.
Segunda mitad
El Calahorra salió con la misma intensidad en la segunda mitad y en el 48 Zamora metió una mano salvadora en un centro chut de Toledo. Sin embargo, las fuerzas empezaron a flaquear en los locales y en el 55 Ñoño lanzó por encima del larguero un servicio medido de Carlitos.
El meta azulino volvería a tener trabajo en el minuto 68 cuando de nuevo se tuvo que emplear a fondo tras un centro chut de Cristian que se colaba entre los tres palos de la meta azulina. En el 73 fue Sito el que colgó una pelota al área que Nacho peinó para que el esférico se marchase fuera.
Los riojanos lo intentaron en el tramo final a base de arreones y en uno de ellos Nacho estuvo a punto de hacer el segundo en el 85 y llevar el encuentro a la prórroga, pero de nuevo apareció el ángel salvador azulino vestido de portero David Zamora.
El San Fernando lo intentó en el 88 con un falta botada por Dani Martínez que no encontró rematador y la última para el Calahorra la tuvo Omar en el 90, pero su disparo lo atrapó bien colocado David Zamora.
El partido se prolongó por espacio de tres minutos y el San Fernando se defendió como gato panza arriba para dar un paso más en el sueño de volver a Segunda División B.
FICHA TÉCNICA: CD Calahorra, 1 San Fernando CD, 1
CD Calahorra: Txerra, Sito, Cristian, Luis Martínez, Marcos Martín (Del Puente, 68’), Arpón (Omar, 75’), Mario León, Herce, Nacho, Israel Losa (Iñaki, 68’) y Toledo.
San Fernando CD: Fran, Sergio Ceballos, Amarito, Sergio Castillo, Pablo Vázquez, Lolo Garrido, Pepe Carmona (Francis, 63’), Mario (Carlitos, 39’), Dani Martínez, Ñoño (Iván, 80’) y Edgar.
Goles:
0-1 m. 3: Edgar, a pase de Ñoño.
1-1 m. 37: Luis Martínez, de cabeza.
Árbitro: Antonio Miguel Blanco, del colegio aragonés. Mostró cartulina amarilla a los locales Sito, Cristian, Luis Martínez, Marcos Martín, Herce y Toledo, mientras que en el San Fernando fueron amonestados Pablo Vázquez, Pepe Carmona, Mario e Iván.
Incidencias: Partido de vuelta de la eliminatoria semifinal de ascenso a Segunda División B disputado en la tarde-noche de este domingo en el estadio de La Planilla de Calahorra en un ambiente impresionante y con presencia de aficionados azulinos en las gradas a los que los 1.000 kilómetros del viaje les mereció muy mucho la pena.
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