F.J.M., el único acusado por el doble crimen de Almonte (Huelva) ocurrido en abril del 2013 y en el que murieron una niña de ocho años y su padre, seguirá en prisión preventiva, situación en la que se encuentra desde el 28 de junio de 2014, como principal sospechoso de estos hechos.
El Juzgado de Primera de Instrucción 1 de La Palma del Condado ha emitido un auto en el que prorroga la prisión preventiva de F.J.M., el cual ha estado presente en la comparecencia que se ha celebrado este mismo viernes en los juzgados palmerinos, han informado a Europa Press fuentes judiciales.
En su turno de palabra, el acusado, para el que la Fiscalía y las acusaciones particulares piden 50 años de prisión por dos delitos de asesinato, ha mantenido su inocencia, ha pedido celeridad para celebrar el juicio y a la juez que "rectifique" sobre su negación a su puesta en libertad, que ésta ha dictado varias veces.
Por su parte, la defensa, que aún tiene pendiente presentar su escrito de defensa, tiene previsto recurrir este auto de prórroga de la prisión, en el que la juez mantiene los mismos argumentos, es decir que "persiste el riesgo de fuga y el de alteración de fuentes de pruebas".
Así, una vez que la defensa presente su escrito, el siguiente paso es la celebración de la audiencia preliminar en el citado juzgado y, tras ello, acordar la apertura de juicio oral, que se celebrará ante un jurado popular.
Cabe recordar que a principios de junio este juzgado desestimó el recurso de reforma interpuesto por la defensa de F.J.M., en el que pedía su puesta en libertad, por lo que volvió a negarla.
Según reza en este auto, la juez consideró al igual que ahora que "persiste el riesgo de fuga y el de alteración de fuentes de pruebas, teniendo en cuenta la inminencia del juicio, la falta de arraigo suficiente del investigado y la gravedad de las penas que llevan aparejadas los delitos investigados".
En cuanto a los indicios de criminalidad contra el imputado, los mismos se mantienen y siguen existiendo en este momento procesal. Del mismo modo, insiste, tal y como lo hace en autos anteriores, en los restos de AND hallados en tres toallas, ubicados en dos baños diferente de la vivienda donde aparecieron los cadáveres, los cuales "se han dejado por contacto directo con estas toallas, y no por transferencia indirecta o secundaria, y en fechas no muy alejadas en el tiempo a los hechos que se investigan", teniendo en cuenta que el detenido no subía al domicilio desde hacía más de tres años.
A su vez, en el auto citó otras pruebas como la huella de la zapatilla del supuesto autor, la apertura de la puerta sin forzar la cerradura o la salida horaria del establecimiento en el que trabajaba el detenido, y finalmente vuelve a negar su libertad.
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