Por las puertas del Salón de Plenos del Parlamento de Andalucía se cuela cada 15 días la espesa niebla de la precampaña eterna. Ocurrió tras el verano porque en la lejanía se oteaba el 20D y no ha dejado de suceder en los meses sucesivos hasta convertir la Cámara en una prolongación de la política nacional. Da igual de qué se debata, porque unos y otros encuentran el hilo oportuno para tirar de la madeja y enfangar con Bárcenas, el supuesto intento de Susana Díaz de derrocar a Pedro Sánchez, los recortes que impone Bruselas o el alcalde de Cádiz.
El peligro de incendio era este jueves mucho mayor porque al termómetro político le restaba apenas un puñado de horas para sacudirse el prefijo pre y zambullirse en la auténtica campaña. Por si faltaran ingredientes el CIS lanzó su último veredicto antes del 26J a mediodía, cuando la clásica refriega entre los primeros espadas parlamentarios y la presidenta marca máximos.
Por una cosa u otra, la sesión en el Hospital de las Cinco Llagas revivió el fuego cruzado y con artillería pesada de las mejores mañanas. Teresa Rodríguez dejó la frase de la jornada: “Chúpate ésa”, le dedicó la líder de Podemos a micrófono abierto a Susana Díaz como guinda a su defensa de Íñigo Errejón en la polémica sobre su contrato con la Universidad de Málaga. Sorpresa y carcajadas en la Cámara. La jefa del Ejecutivo tenía también munición preparada contra Podemos, a cuya líder le reprochó el “odio que sienten hacia el PSOE” y su argumento preferido, el que la vincula política y sentimentalmente al Ayuntamiento de Cádiz y a su regidor.
Contaban entre bastidores que Rodríguez “se vino arriba” porque en su móvil y en el portátil de alguna compañera se había colado minutos antes el resultado del CIS que eleva a certidumbre el sorpasso, ese adelantamiento por la izquierda con el que Podemos amenaza al PSOE.
La campaña coló a Errejón, a Chaves y Griñán y a las fragatas para Arabia Saudí que deben salir de los astilleros de Cádiz cuando de lo que se debatía era del apego ciudadano hacia la política. Ocurrió lo mismo con el PP: Moreno preguntó sobre gestión de la Junta y acabó enfrentándose a Díaz sobre su futuro (“¿estará aquí en 2017?”) y el Impuesto de Sucesiones, y ésta replicando con la “pinza” que bloqueó su investidura.
“Soy maestra; ¿tiene usted donde volver?”
La refriega entre Díaz y Rodríguez se enredó entre las distintas varas de medir ante los casos de corrupción. Tan cómoda se sintió la portavoz de Podemos que llegó a confrontar el supuesto interés de cada una en sacar el máximo rédito a la política. “Yo cuando tenga su edad habré vuelto a mi puesto de maestra. ¿Tiene usted donde volver si deja la política?”, le espetó.
Arriba el telón, todos miran a Andalucía...
No sólo es que ponga en juego un preciado botín de 61 escaños, el mayor de toda España, sino que Andalucía ofrece además este 26J un baile de diputados tan incierto que obliga a todos los partidos a disputar el voto a cara de perro, casi puerta por puerta. El CIS acabó de arrojar más incertidumbres ayer al vaticinar un empate técnico a 20 escaños entre PP y PSOE y un ascenso de Unidos Podemos que canalizaría buena parte de los restos de votos que se les esfumaron el 20D en varias provincias al concurrir por separado.
Andalucía será clave, una vez más. Los candidatos a la Moncloa ya han desfilado por la comunidad en precampaña (con especial insistencia Pedro Sánchez, quizás consciente de lo que se juega en su segundo envite) y se dejarán ver durante estas dos semanas con más asiduidad aún. Alberto Garzón y Errejón, por ejemplo, estarán hoy en Málaga. Tampoco fue casualidad que con tres días de diferencia hayan protagonizado desayunos informativos en Sevilla los líderes del PSOE y de Ciudadanos. O que Rajoy y Sánchez hayan pisado Jerez en un intervalo de apenas 48 horas. O que desde el 20D hayan ido a Córdoba los cuatro grandes espadas en liza. Las grandes batallas se plantean en Jaén, Granada o Málaga, pero no hay circunscripción en la que no se haya colgado el cartel de “decisiva”.
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