Andalucía

Adiós a un Rocío especial

Por las condiciones climatológicas, por las intensas lluvias, que desde el inicio marcaron su devenir y provocaron un camino de los más duros

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  • Procesión de la Virgen -

La aldea del Rocío ha vivido esta madrugada su noche más mágica, esa en la que la Blanca Paloma abandona por horas su Santuario y recorre sus calles para visitar a sus filiales en todo un acto de cortesía y cuyo fin supone el adiós a una nueva romería que este año ha sido cuanto menos especial.

Todo ha acabado en torno al mediodía, cuando a sobre 12:45 horas la Virgen del Rocío ha alcanzado la 'Concha Peregrina' que corona su Santuario y se ha puesto punto y final a una procesión de unas nueve horas y cuarenta y cinco minutos.

Este momento supone el final de un Rocío especial por circunstancias ajenas a lo estrictamente religioso, especial por las condiciones climatológicas, por las intensas lluvias, que desde el inicio de esta romería de 2016 marcaron su devenir y provocaron que este año el camino de ida haya sido de los más duros que se recuerdan al tener que hacer frente a situaciones adversas.

Sendas llenas de lodo, cambios de itinerario que supusieron esfuerzo y sacrificio, avatares y más avatares que pusieron a prueba la fe y la devoción rociera que, lejos de perder fuerza, se creció en todos y cada uno de los romeros que ansiaban llegar a la aldea.

Y es que si por algo se puede caracterizar este Rocío de 2016 es por ser el la fe, esa fe a la Virgen del Rocío que puede con todo, con el calor, con el frío, con la lluvia o con cualquier obstáculo que se le ponga por delante.

Esas estampas insólitas de ese particular camino no fueron más que recuerdo en poco tiempo, el transcurrido hasta que el viernes se disiparon las lluvias y las hermandades comenzaban a participar en el primer acto oficial de la Romería, la Presentación ante la Matriz de Almonte a las puertas del Santuario, que culminó en la jornada del sábado.

La aldea, como si nada hubiera pasado, recuperó su imagen habitual, sus calles llenas de caballos y charrés, sus porches llenos de gente disfrutando en hermandad y manteniendo, muchas veces de manera inconsciente, esa continua plegaria a la Virgen en forma de cantes por sevillanas y rumbas, al compás de palmas, guitarras, panderetas, cajones y tambores.

Y, poco a poco, todo se iba preparando para el momento culmen de la romería, el instante anhelado durante los 365 del año por cualquiera que se precie de ser rociero, que este año se ha producido a las 3:02 horas.

En ese instante, con el Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte atravesando el dintel del Santuario, los almonteños protagonizaban el conocido como 'salto de la reja' despertando el fervor de todos los presentes y marcando el inicio de lo que ha sido una procesión impecable.

Un recorrido en el que la Virgen del Rocío se ha encontrado con todas y cada una de sus 117 hermandades filiales en tres puntos principales de la aldea, El Real, donde están algunas de las hermandades más antiguas como Villamanrique o La Palma; El Acebuchal, en el que tiene lugar el encuentro con sus Camaristas o con algunas de las filiales más numerosas, como Huelva o Triana; y, por último, El Eucaliptal, donde se pone de enfrente ante aquellas corporaciones que desde puntos lejanos de la aldea salen a su paso.

Y entre visita y visita, un paseo por las calles que han querido compartir con Ella y multitud de fieles arropándola y al mismo tiempo haciéndose realidad el sueño más esperado por los rocieros en el Lunes de Pentecostés.

Paseo que ha vuelto a dejar momentos mágicos e inolvidables y estampas tan tradicionales como "los vuelos" de los niños hasta su paso para pedirle su protección; paseo que ha puesto punto y final a un Rocío que ha resultado, a pesar de sus comienzos, extraordinario y cuyo término supone el inicio de la cuenta atrás para la próxima romería.

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