La Hermandad del Rocío de Jerez vivió ayer el inicio de camino más complicado de los últimos años debido a una adversa meteorología que se tradujo en chaparrones torrenciales en momentos puntuales de la singladura hacia Sanlúcar de Barrameda. Como es habitual, la jornada comenzó bien temprano en la iglesia de Santo Domingo, donde a las ocho de la mañana se inició la Misa de Romeros que daría paso al inicio del camino.
Ya en ese momento quedaron claras las diferencias que existen entre la romería del presente ejercicio con las vividas hasta la fecha, resultando especialmente llamativa la salida del Simpecado rodeado de cientos de paragüas. Además, la comitiva se había preparado especialmente para soportar los rigores de una lluvia que más tarde arreciaría con fuerza en la carretera de El Barroso.
No sin dificultad, la Hermandad de Jerez cumplió con el objetivo de embarcar en Bajo de Guía al filo de las cinco y media de la tarde, para ya en la otra orilla de la desembocadura del Guadalquivir tomar por Malandar en busca de Marismilla, donde tendría lugar la pernocta. Según los datos de la Delegación del Gobierno de la Junta en Cádiz, 1.553 personas embarcaron en Bajo de Guía con la Hermandad de Jerez, una cifra bastante menor que la registrada el año pasado (2.200) como consecuencia del mal tiempo.
Además, en la comitiva se integraron 24 vehículos pesados, frente a los 28 de 2015; 80 vehículos ligeros (124); 190 caballos (230) y 20 carretas (31).
En principio parece que no hay obstáculos para que Jerez pueda completar la jornada de hoy. Mañana viernes sí está previsto que la comitiva al completo sea desviada por la carretera de los linces una vez llegue al palacio de Doñana, ya en el último tramo del camino. De momento, ninguna de las hermandades de la provincia han debido ser desviadas al no haber alcanzado todavía la zona del coto que se encuentra impracticable como consecuencia de las fuertes lluvias registradas en estos últimos días.
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