José Tomás puso el no hay billetes en la plaza de toros de Jerez; hizo que las miradas del mundo informativo, no solo el taurino, se virasen hacia nuestra ciudad; consiguió atraer a famosos y famosas del papel couché, incluido el rey emérito, don Juan Carlos, su hija Elena y su nieta; logró que de Jerez se haya escrito y hablado en todas partes y, entiendo, que también ha podido conseguir que su llegada al coso taurino de la calle Circo marque un punto de inflexión, yo diría que un punto y aparte en la temporada, o mini temporada, taurina de la empresa que regenta los destinos de la plaza. Hay que aplaudir la programación taurina de este año, aunque sigue siendo, a mi parecer, escasa. Hay que sentirse satisfecho de las entradas que cada tarde ha tenido la plaza y, por eso, entiendo, creo que es posible que la programación de la Feria del Caballo se alargue al menos en un festejo. ¿No sería posible un festejo, aunque de por medio tenga que mediar el propio Ayuntamiento, con gente de la tierra? Veía días pasados un cartel de antaño de domingo de feria con Paula, Luis Parra Jerezano y Copano y me acordé de Jesuli de Torrecera, de Sandra Moscoso, de Caro Gil o, incluso, de matadores que han salido de la Escuela de Tauromaquia de Jerez como el pradense Octavio Chacón, reciente triunfador en Francia, o el bosqueño Pérez Mota. ¿No sería factible dado que se ha recuperado al público para la causa taurina alargar en un festejo más, al menos, la Feria del Caballo? ¿Y por qué no, dar alguna corrida en la llamada Fiesta de la Vendimia? Alargar en definitiva la temporada taurina de nuestra ciudad y que la plaza no esté solo abierta para los tres festejos de la Feria. Algo así como hace algunas semanas pedía para el González Hontoria, que no solo esté de par en par abierto para la Feria sino que tenga vida todo el año. Para la plaza de toros no pido vida todo el año, pero sí algún que otro festejo más de los que se dan en la actualidad. Es el guante que lanzo aprovechando la presencia del monstruo José Tomás en nuestra ciudad. Ha sido un punto de inflexión en la programación taurina y también puede ser un punto y aparte para aumentar la misma.
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