San Fernando

Es sólo la punta del iceberg

Marea Negra se suma a las denuncias de la situación de los vigilantes de seguridad tras el fallecimiento del isleño Juan Manuel Marchante.

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  • Juan Manuel Marchante. -

Las reacciones al fallecimiento del vigilante de seguridad de San Fernando, Juan Manuel Marchante, el pasado 8 de abril en el atunero vasco Txori Gorri y tras la entrevista publicada por este a G. Ueda Tsuboyama este fin de semana, ahora ha sido la Asociación de Vigilantes de Seguridad Marea Negra la que, a través de su vicepresidente José Antonio Carbonell, ha querido arrojar todavía un poco más de luz sobre qué esta sucediendo en los últimos años dentro del sector de la seguridad privada, dando a entender que lo sucedido con Marchante es sólo la punta del iceberg de lo que está sucediendo.

"Contratan a personal no cualificado porque es más barato y se ahorran mucho capital".

Carbonell ha señalado que "coincidiendo con la tragedia que tuvo lugar a principios del mes de abril en el atunero Txori Gorri, hoy nos despertamos con la noticia de que un vigilante de seguridad permanece grave en un hospital de Madrid, porque un compañero lo ha embestido con su vehículo. Hace unos meses, desde esta asociación también denunciamos que en la prisión de Huelva un vigilante de seguridad sacó de la carretera a otro y a día de hoy se siguen viendo las caras en el servicio. La empresa tiene constancia de esto, pero no hace nada. ¿Está esperando a que el caso pase a mayores?

El vicepresidente de la asociación asegura que "estos hechos y muertes anunciadas no son fruto de la casualidad, sino son el desencadenante de que sindicatos por un lado y empresas y organismos por otro, no hagan absolutamente nada para evitarlos. ¿Está el dinero por encima de todo? Parece ser que sí. Los sindicatos a través de los comités de empresa permiten esto, siendo cómplices, mirando a otro lado. Secretaría de Estado, desde el Ministerio del Interior, permanece impasible mientras las empresas se hacen millonarias poniendo al pie de los caballos a estos profesionales nada valorados y tan mal pagados, sometidos a vejaciones continuadas".

Marea Negra lleva dos años denunciando las "atrocidades" que este sector está padeciendo. "Desgraciadamente la población no es consciente de las muchas muertes que han tenido lugar porque no salen en los medios. Son noticias que como mucho, algún periódico local recoge y publica en alguna esquina. No se le da ninguna importancia. Los diferentes medios nos tienen atontados y embobados con la corrupción y con las próximas elecciones", afirma José Antonio Carbonell.

Añade que "nos gustaría que alguien se preocupara de verdad por sacar a la luz toda la basura que se esconde, que es mucha". Por ejemplo, "¿nadie se ha preguntado el por qué se siguen sacando nuevas convocatorias de vigilantes de seguridad como churros? Actualmente este sector está formado por 240.000 profesionales y de estos son únicamente unos 80.000 los que están trabajando, lo que significa que el nivel de desempleo es bestial. Ahí lo dejo".

Por otro lado, indica Carbonell, "parece ser que somos muy pocos a los que nos preocupa que España se encuentre bajo una amenaza terrorista. Resulta que cualquiera puede trabajar como auxiliar en un organismo público sin presentar un informe de antecedentes penales, cosa que no ocurre con un vigilante de seguridad, al que sí se le pide este documento".

"Con esto a lo que nos referimos es que a las empresas y a las administraciones lo único que les preocupa es el dinero. Contratan a personal no cualificado porque es más barato y se ahorran mucho capital, pero ¿el fin justifica los medios?", sentencia el vicepresidente de Marea Negra.

Desde Marea Negra "creemos que no. Somos una asociación sin ánimo de lucro, modesta y sin ningún interés personal. Solo nos mueve el bienestar de estas personas. Pretendemos llegar al fondo de todo esto, pero solos no podemos, necesitamos ayuda para destapar toda las malas prácticas que se están llevando a cabo. Son muchos padres y madres de familia los caídos en acto de servicio. Somos conscientes de que es una profesión con riesgo, pero son muchas las cosas que se están haciendo mal, muchas las negligencias y muchos los fraudes cometidos a costa de muertes que quedan en el olvido".

Finaliza indicando "las personas están deshumanizadas. Los valores se han perdido. El dinero prima por encima de todo". 

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