Jesús Antonio San Martín, escritor, poeta y compositor musical, vuelve a ser noticia con motivo de la reciente publicación de su libro, ‘Torremolinos en verso (gentes y lugares)’, una obra compuesta de 121 poemas, en su mayor parte sonetos, con los que rinde homenaje a nuestra ciudad y sus gentes, muchas de ellas con nombre propio.
Recientemente ha presentado un libro de poemas en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso de Torremolinos. No es el primero, ¿verdad?
–Se trata de un granito de arena más, un segundo libro poético sobre Torremolinos y sus gentes. Su título, ‘Torremolinos en verso (gentes y lugares)’. Lo forman ciento veintiún poemas, la mayor parte sonetos. Tuve un presentador de excepción, Rafael Valle Trujillo, y un rapsoda también de excepción, Diego Gómez.
¿Qué puede decirnos sobre esta nueva obra?
–En esta segunda obra incluyo algunos poemas de la primera. En líneas generales, plasmo los lugares más emblemáticos de Torremolinos, como plazas, calles, parques, playas, edificios representativos, la Torre, los molinos, los manantiales, el pescaíto… así como establecimientos públicos que la gente considera de gran popularidad. Naturalmente, no he podido abarcar todos los merecedores.
De entre los personajes a los que dedica versos en este libro, ¿cuáles son los más conocidos?
–De los que se cuentan entre los más populares, cito particularmente a los que ya no tenemos con nosotros, como son Horacio Lengo, Jose Lacuey, el Titi, el Inglés de la Peseta, maestra Miret, María Barabino, Luis Gómez, Isabel Manoja, Manuel Blasco, los marineros del San Carlos…
Las dos obras son en verso. ¿Prefiere la poesía a la prosa para expresarse literariamente o nos va a sorprender con otros estilos?
–Expresarse en poesía es bastante más complicado que con la prosa. Personalmente no domino el tema; sencillamente, echo a rodar versos. En cuanto a la prosa, sin contar las narraciones cortas, tengo avanzados dos relatos novelados y otros dos temas que no son novela. Creo que soy bastante vago para continuar, aunque de vez en cuando pico páginas. Claro, me falta el aliciente de contar con patrocinadores, ya que no dispongo de presupuesto para publicar.
También tiene en puertas un libro de poemas sobre Santander, ¿no?
–Está precisamente a punto de imprenta. Son ciento veinticinco poemas sobre mi tierra natal. El libro se titula ‘Santander en mi nostalgia’. La edición es limitada.
¿Y poemas que no sean dedicados a tierras?
–Estoy recopilando unos cien poemas para un cuarto libro poético, aunque su publicación puede esperar.
Pero usted, como la mayoría de artistas, no se ha ganado la vida como escritor… ¿cuál ha sido su trayectoria laboral?
–Como escritor es difícil ganarse la vida, a no ser que tengas suficiente dinero para publicar obras y promocionar el nombre. Sin nombre no es fácil abrirse camino. Las editoriales no suelen aceptar escritos si no tienes nombre, a no ser que tú mismo te financies las ediciones. Para tener nombre hay que publicar mucho. En cuanto a mi actividad profesional más extensa ha sido la de contable y asesor tributario.
Sabemos además que es usted un reconocido compositor, ¿qué puede decirnos de su carrera musical?
– Tanto como reconocido… Compongo, sencillamente, como tantos millones de personas. O por lo menos plasmo en el papel las melodías y armonías que me surgen mentalmente. Dejando de lado algunas composiciones de corte clásico que las orquestas sinfónicas ni te admiten, y dejando también aparte las partituras para corales a cuatro voces y las piezas para piano, que tampoco te las aceptan, la mayoría son canciones de diversos estilos, sobre todo boleros y temas melódicos, aunque no faltan rumbas, sevillanas y Copla. Poco más de una veintena me fueron grabadas por el trío músico vocal Los Carabelas.
¿De cuántas piezas compuestas hablamos?
– No me atrevo a decir una cifra; pero en cincuenta años no me ha faltado de promedio una al mes.
¿Ha participado en algún festival de la canción?
–Tuve la suerte de ser seleccionado para el XII Festival de la Canción de Benidorm con la obra ‘Señor cartero’, y también para el II Festival de la Canción de Almería con ‘Vida es amor’. Me cupo además el privilegio de participar en el V Festival de la Canción Infantil de TVE con ‘El gallo trompetero’. La verdad es que me sorprendió que me seleccionaran. No gané, por supuesto; únicamente llegué a la final.
Toca usted el piano, ¿verdad?
–Lo aporreo lo suficiente para armonizar las canciones, aunque no soy pianista. Esporádicamente he tocado en hoteles y bodas, pero de eso hace ya sus décadas.
Números, letras, notas musicales… ¿con qué vertiente se siente más satisfecho y reconocido?
–Indudablemente, con la música. Si no reconocido, por lo menos satisfecho.
Y sin embargo ha obtenido algún premio literario en concursos…
–Muy pocos, en pequeños certámenes, casi todos poéticos. En los grandes aún me pregunto si te miran la obra.
El primer certamen en el que participó con poemas tenemos entendido que fue el de Radio la Voz de Cantabria.
–Sí, contaba entonces 15 años. Y con la cantidad de gente buena que participó, no me explico cómo pudieron seleccionarme los dos poemas que presenté. De todas maneras me clasificaron el tercero entre los diez autores finalistas, lo cual me animó a seguir en la brecha, aunque he tenido mis tiempos bajos.
Usted es santanderino de nacimiento, pero casi toda su vida ha transcurrido en Torremolinos, ¿tiene el corazón “partío”? ¿Cómo empieza su romance con esta ciudad de la Costa del Sol?
–Sí, tengo el corazón ‘partío’ entre dos amores, como dice la canción. En el colegio de beneficencia en el que me crié -me tocaron los malos tiempos- tuve un maestro de escuela que se dedicaba a traducir documentos antiguos y, tras sudar lo suyo, descubrió el sitio de Torremolinos a través de uno de los códices que le fueron entregados para interpretarlo. No se mencionaba el lugar como Torremolinos, pero las coordenadas apuntaban aquí. Un servidor estaba entonces en el ecuador de la adolescencia y mi maestro me tomó como ayudante debido a que él me calificaba de ‘larga memoria’ y mi cometido era memorizar buena parte de las traducciones del códice. Nunca me consideré más afortunado de memoria que otros. Aún conservo algunos apuntes que son copias de los originales, los cuales me obligué a entregar, aunque eso es ya otro tema. Total que en 1962 -incluído entre otros mi maestro en el arte poético Gerardo Diego, que se desplazaba a Granada y Cádiz- bajamos a Jaén, a Málaga y a Torremolinos, invitados por los respectivos prelados de las diócesis, don Félix Romero Menjíbar y don Angel Herrera Oria, ambos buenos amigos de mi maestro. De ahí nació mi amor por Torremolinos. Debo recalcar que estamos en un enclave realmente sagrado.
¿Tuvo como maestro al poeta de la Generación del 27 Gerardo Diego?
–Durante tres años guió mis primeros pasos en el arte de la Poesía. Me corregía los versos. Cuando quedé finalista en el Certamen de Radio Cantabria consideró que ya podía volar solo. Hoy no le llego ni a los zapatos, sigo siendo el eterno alumno.
Y hoy usted ama Torremolinos…y a sus gentes. Sus libros dan fe de ello. ¿Qué tiene Torremolinos que no tengan otras localidades?
–Torremolinos lo tiene todo. Cierto que no conocemos la historia del lugar desde los tiempos de los Reyes Católicos hacia atrás, salvo detalles aislados, ni sabemos el nombre que Torremolinos pudo tener entonces. Lo que sí es verdad es que Torremolinos es a la vez pueblo, ciudad, playa y campo: un auténtico paraíso para residentes y visitantes. En Madrid se chiflan por tener todo eso y de ahí que se formen largas caravanas hacia las costas valencianas, aparte de las que se guardan para poder pisar el campo siquiera medio día.
¿Se siente usted correspondido en ese afecto por sus vecinos?
–En Torremolinos hay gente maravillosa que comparte ese afecto y ama el lugar.
¿Cómo ve Torremolinos culturalmente hoy?
–Torremolinos siempre ha destacado por su sol y sus playas. Pero hoy día tenemos elevados a los altares tanto la cultura como el deporte. De ello testimonian sobre todo nuestros centros culturales, el Auditórium y la Villa Deportiva.
¿Alguna sugerencia para mejorar en este sentido? ¿Algo que, según su parecer, todavía falte?
–Hemos de dar tiempo al tiempo. Lo que sí debería promocionarse más es la educación musical. Tenemos buena madera en el municipio para realizar auténticas obras de arte.
Cambiando de tercio. Todo el mundo tiene una opinión sobre la peatonalización del centro urbano. ¿Cuál es la suya?
–Me parece estupendo, siempre y cuando beneficie al pueblo. Creo que todavía es pronto para lanzar una opinión. Lo que parece tener visos de ser bueno siempre se hace esperar.
¿Y qué le parece el proyecto del nuevo PGOU que incluye la creación de un gran Centro Comercial
–No entiendo bien el asunto; pero estimo que un gran Centro Comercial de las características que se anuncian aumentaría en cierta manera el prestigio comercial de la población. Lo que tengo dudas es si esto beneficiará al pequeño comercio local o si le restará clientes. Me temo que lo segundo es lo que en estos momentos prevalece en las mentes. De todas maneras, no tenemos más remedio que esperar y no anticipar resultados.
Con 41 años ya en Torremolinos usted ha vivido diferentes épocas en el municipio y sus altos y bajos, ¿cree que Torremolinos hoy empieza de nuevo a resurgir?
–Bien quisiéramos que Torremolinos fuera como el ave Fénix. Pero hemos de ser realistas: seguimos atravesando una profunda crisis económica mundial. Esto, naturalmente, afecta a todo pueblo y ciudad y los equipos de gobierno poco pueden solucionar si la crisis no remite. Bastante tienen los equipos de gobierno con administrar los medios de los que disponen. Hoy hemos de conformarnos con capear los temporales; pero la mar revuelta mal podemos calmarla.
Volvamos a usted, ¿qué proyectos tiene profesionalmente?
–Vengo a ser como la hoja de un árbol que el viento lleva. No hay proyectos: solamente el potencial de aprovechar las oportunidades que surjan. Últimamente estoy en tratos con una casa discográfica norteamericana, que me acepta veinte canciones para el mercado hispanoamericano. Tan solo falta cumplimentar algunos puntos.
¿Y algún deseo que le gustaría ver hecho realidad?
–Aparte de mis pretensiones musicales y literarias, mi mayor deseo es que Torremolinos se encauce oportuna y adecuadamente. Todos pedimos que el paro baje, que se abran más empresas y negocios, que circule la moneda, que… Pero esto no puede conseguirse en un solo pueblo aislado: ha de ser en todos al unísono; si no, mal salimos de ésta.
Si Torremolinos se levanta, es porque a la par se levantan otros pueblos. Estamos todos bajo el mismo yugo. De todas maneras hemos de ser optimistas y seguir luchando sin perder la vista en el triunfo.
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