Las últimas técnicas en innovación en materia de seguridad laboral como el uso de drones y helicópteros han sido claves para abordar de forma segura la rehabilitación del Caminito del Rey, ubicado entre los municipios malagueños de Álora y Ardales.
El Caminito del Rey, un sinuoso sendero considerado el más peligroso del mundo y construido en paredes de un desfiladero a más de 100 metros de altura, reabrió el pasado mes de marzo después de 25 años cerrado y tras instalarse una nueva pasarela.
Sus medidas de seguridad laboral han sido analizadas hoy en una jornada conmemorativa del "Día mundial de la seguridad y salud en el trabajo", que han tenido lugar en Málaga y han contado con la presencia de más de 130 de técnicos y especialistas en materia de prevención.
Las condiciones laborales extremas que imponía el Caminito del Rey supusieron un obstáculo para las medidas de seguridad, por lo que se han tenido que utilizar técnicas "novedosas e innovadoras", según ha confirmado a Efe Federico Artola, director del Servicio de Prevención Mancomunado de Sando.
Al tratarse de una obra muy singular por las dificultades de accesibilidad se han tenido que utilizar "medios aéreos que son punteros y emergentes", ha explicado Artola, que ha añadido que también se han usado "sistemas multiespaciales de tres dimensiones para los levantamientos topográficos".
Este tipo de materiales contribuyen a reducir la presencia de personas en partes peligrosas de la obra y los riesgos de caídas de materiales así como las caídas de altura se ven enormemente reducidos, ha asegurado Federico Artola.
Ha considerado de gran relevancia el hecho de haber utilizado helicópteros "porque no había forma de meter los materiales ni la maquinaria y gracias a los helicópteros se transportaban las cargas con absoluta seguridad".
Según el director del Servicio de Prevención, la media de trabajadores para las obras del Caminito ha sido de "15-20 trabajadores, pero son rotativos", es decir, "que en la obra se han podido tener 70 trabajadores distintos".
Artola ha destacado que "habiendo contabilizado más de 60.000 horas por hombre de trabajo, solo ha habido tres accidentes leves", uno de ellos derivado de una picadura de una araña y los otros dos causados por realizar posturas forzadas.
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