Causa rubor y vergüenza ajena lo que está sucediendo con la Catedral de Jaén y sus aspiraciones a ser declarada Patrimonio Mundial. Han pasado tres años desde que ICOMOS emitiera el informe negativo a su catalogación junto a las ciudades de Úbeda y Baeza. Tres años para reunir una comisión, que se ha convocado en dos ocasiones; para acordar celebrar un congreso y para conseguirle financiación. Sin embargo, lo único que hemos visto en estos tres años ha sido cómo las ratas abandonan el barco y la absoluta falta de interés del equipo de gobierno del PP y de la Concejalía de Cultura, con una edil convidada de piedra en todo este proceso que, además, nos ha costado el dinero a todos los jienenses. El cacareado congreso, por el que solo se ha interesado el catedrático Pedro Galera, ahora se traslada a la primavera del año que viene, so pretexto de que hay que conseguir la financiación. ¡Y qué narices se ha hecho estos dos años! Hasta el momento solo ha trascendido el convenio con una entidad financiera que aportaría 12.000 euros. Faltan 24.000, siendo generosos, porque de esos 12.000 aún no hay noticias en ninguna cuenta. Lo dicho, pocas ganas o muy poca solvencia e iniciativa para desempeñar cargos de responsabilidad.
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