Ferrer, investigador de la Estación Biológica de Doñana (EBD), ha confirmado a la Agencia Efe el reciente nacimiento de cinco pollos de esta rapaz en las marismas del Odiel (Huelva) y en el embalse del Guadalcacín, en San José de Valle.
Este científico, ex director de la EBD y experto europeo en rapaces, ha destacado la trascendencia de esta reintroducción, lograda tras liberar 108 pollos de águila pescadora, cedidos desde 2003 por Alemania, Escocia y Finlandia, pues supone “recuperar el primer vertebrado desaparecido en la Península Ibérica desde hace setenta años”.
Dos parejas formadas por ejemplares liberados en los últimos años han logrado procrear hace unos días dos pollos en un nido artificial construido en el embalse gaditano del Guadalcacín y los tres restantes, en otra plataforma ubicada en una antigua torre eléctrica en las marismas del Odiel, cerca de Huelva.
Ambas reproducciones han sido valoradas por Ferrer como cruciales para que en los próximos años se consoliden colonias estables de águila pescadora en Andalucía, de donde esta rapaz se extinguió como especie reproductora hace setenta años.
El águila pescadora, catalogada “en peligro” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN en sus siglas en inglés), es una rapaz de tamaño medio que destaca por su cabeza blanca con antifaz oscuro y se alimenta casi exclusivamente de pescado.
Extinta como nidificante en la península desde el último tercio del pasado siglo era, hasta ahora, una especie invernante o de paso migratorio y sólo se reproducen unas escasas parejas en Baleares y Canarias.
Su reintroducción en Andalucía, acordada en 2003, fue el primer proyecto de compensación ambiental emprendido en la UE y ha sido financiado con cargo a la construcción de la autovía de Jerez a Los Barrios.
Esta iniciativa ha requerido constantes mejoras de hábitats en dos espacios protegidos diferentes: pantanos de agua dulce en Cádiz, y marismas cercanas al mar, en Huelva, elegidos así para diversificar riesgos.
La reintroducción se ha basado en la técnica de hacking, por la que se liberan pollos en los lugares elegidos y se crían en semilibertad hasta que vuelan, pues estas aves migratorias asocian el lugar donde comienzan a volar con el de su nacimiento, por lo que regresan a él para reproducirse cuando alcanzan la madurez sexual.
Esta tendencia, denominada filopatria, es común en muchas rapaces y ha sido empleada por Ferrer en otros proyectos de reintroducción o reforzamiento de poblaciones de aves en peligro, en especial con el águila imperial en Doñana.
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