Tal y como decía Doña Rosa en el inicio de La Colmena, de Camilo José Cela: “No perdamos la perspectiva”. Tras la llegada del nuevo alcalde Javier Márquez, además del cambio de discurso, desterrando la pelea política estéril con el resto de administraciones gobernadas por el PSOE, se han dado pasos importantes para la ciudad, muchos de ellos relacionados con la paz social. Acuerdos con los gestores de las Escuelas Infantiles y con quienes prestan los servicios de Dependencia, reuniones que han desbloqueado situaciones enquistadas que antes hubiera sido imposible solucionar y algunas actuaciones destacables, como la intervención en los parques infantiles o el inicio de las obras en el Paseo de las Bicicletas, hay que verlas con las perspectiva suficiente para darnos cuenta de que, aunque se trabaja a un ritmo lento para una ciudad a la que se le debe tanto, son todos, hechos diferenciadores de un mandato, el anterior, del que poco se puede recordar más que la continua bronca política. Ahora son dos las asignaturas pendientes: que todo el equipo de gobierno arrime el hombro y que se disipe la provisionalidad a nivel nacional, porque el alivio financiero del Ayuntamiento solo vendrá del Gobierno central y del rescate a Consistorios en la misma situación que el nuestro.
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