“Tras un viaje accidentado (perdieron mi maleta), hoy (por el miércoles) he llegado al campamento de refugiados de Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia. Las primeras impresiones han sido fuertes. Andaba por el campamento con un nudo en la garganta y, debo admitir que he tenido que tragarme las lágrimas en alguna ocasión”. Es parte del primer post en la red social Facebook del fotógrafo jerezano Javier Fergó, compañero de ”batallas” periodísticas jerezanas desde este campamento.
Desde hace solo unos días su único contacto con el resto del mundo que ahora le avergüenza más que nunca le llega con el dispositivo 4G de su móvil, permitiéndole compartir la dura realidad que ahora retrata y vive en primera persona en una durísima pero enriquecedora experiencia a la vez. “La niña que aparece en la foto me cogió de la mano -relata para referirse a una de sus primeras fotos- una pequeña de tan sólo un año de edad que se ve obligada a sobrevivir en un campo insalubre y sin medios. Sinceramente os digo que he sentido vergüenza de ser europeo y vivir ajeno a lo que aquí (y en otros muchos campamentos menos mediáticos) está ocurriendo”, se lamenta.
“Hoy, también he conocido a un exiliado sirio que iba a reunirse con su mujer e hijos a Alemania, ahora no sabe qué va a pasar. La desinformación en el campo es generalizada. Otra familia con la que he charlado viene de Aleppo: a ellos el Daesh ha destruido su casa, literalmente, y tras pagar más de mil euros para cruzar el Egeo se ven en la situación de no poder seguir con su vida. Estos últimos son profesores de Francés (ella) y de Inglés (él). En general, son personas amables, educadas, que te invitan a compartir con ellos su espacio y lo poco que tienen de comida y bebida sin esperar nada a cambio. Repito, una vergüenza para Europa”. Evidentemente, abunda lo negativo pero a este reportero gráfico jerezano también le está sirviendo esta experiencia para comprobar sobre el terreno la labor humanitaria “encomiable” que están realizando las distintas ONG desplazadas hasta esta zona. En cuestión de días, Javier ha conocido a más de una docena de españoles, y aunque no ha coincidido con ellos, en su mismo campamento han estado una pareja de gaditanos, voluntarios de Cáritas, que ya se han marchado tras dos semanas de voluntariado. Vía Facebook se sincera: más que captar la realidad “inmediata” quiere “contar la realidad” de personas que se ven obligados a abandonar su lugar de origen para empezar una nueva vida y que espera poder culminar en la edición de un libro. “Llevo tiempo interesado en la crisis migratoria que está sufriendo europa y cómo se está tratando en los países de la UE. Lo que está ocurriendo en Lesbos, Idomeni y otros sitios de Grecia con los refugiados sirios me ha movido a dar el paso y comenzar un proyecto personal en el tema. Este proyecto planeo continuarlo en diferentes sitios de la geografía europea, como Calais o Melilla y los que vayan apareciendo. No me pongo fecha de finalización ya que constantemente aparecen nuevos lugares con la misma situación”.
Experiencias que se plasmarán en un libro
Javier regresará esta próxima semana a Jerez . “El proyecto no está sufragado por nadie salvo yo. Por lo que lo iré completando en la medida de lo posible a no ser que alguna entidad se interese en financiarlo”, explica. No tardará en volver a moverse para dar forma a este proyecto en distintos “destinos” de la geografía europea.
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