El Cachorro ha inaugurado un Viernes Santo pleno en el que los sevillanos se han echado a la calle sin parecer que el casancio de la Madrugá, que terminó más allá de las dos de la tarde con la entrada de la Macarena en su basílica, hayan hecho mella en su espíritu cofrade.
Abría el Señor de Triana una jornada plena en la que el puente ha vuelto a ser el punto de máximo encuentro de los sevillanos y turistas, un espacio en el que pronto recibiría a la segunda hermandad trianera, La O, en su traslado a Sevilla, encarando su camino hacia la carrera oficial.
Antes ya había iniciado su recorrido el impresionante misterio de La Carretería, y a ellas les seguiría el resto de hermandades que realizan su estación de penitencia el Viernes Santo, la Soledad de San Buenaventura y La O. San Isidoro, Sagrada Mortaja y Montserrat.
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