Agustín Rubiales se define como un “constructor en paro” y es la persona que ha ofrecido una vivienda a José Manuel Delgado, el sintecho de la plaza de las Tortugas operado de un tumor, tras conocer su caso. Agustín se enteró de su historia por el Viva Cádiz y no se lo pensó ni un momento: “Te das cuenta del calvario que ha pasado y me fui directo al hospital para ver qué pasaba”.
Cuando el empresario gaditano apareció por la puerta de la habitación de la Clínica San Rafael con las llaves de una casa en la mano, José Manuel no pudo contener las lágrimas y no tenía ni palabras para agradecer la bondad de ese hombre al que acababa de conocer.
Agustín, que refleja en su timbre de voz los nervios del momento, considera que su empresa a día de hoy es “una ONG con todos sus condimentos, haciendo uso de los recursos propios de los que disponemos”.
Una historia por detrás
Y entonces uno se plantea... ¿Cómo una persona, que está sufriendo la crisis en el sector de la construcción, y que tiene que sobrevivir -igual que los demás- es capaz de ofrecer una vivienda a un sintecho que ni tan siquiera conoce?.
La respuesta viene de su pasado. Rubiales fue desahuciado con 21 años de Santa María, 11. Con dos hijos se vio en la calle por no poder pagar 8.000 pesetas. Fue gracias al cura de la Merced “que me pagó los recibos que pudimos volver a la casa, cuando ya estábamos en la calle”. Para este gaditano aquel momento de su vida fue una bendición y “desde entonces todo ha venido rodado”.
La vivienda que ha puesto a disposición de José Manuel está en pleno barrio de La Viña, cuenta con habitación, cocina y baño. “Tenía las llaves desde hace una semana en el cajón de mi casa y en el momento en el que leí la historia pensé: esta casa está para él”.
Agustín Rubiales es un gaditano como otro cualquiera al que no le han dolido prendas ayudar a una persona sin hogar, un hombre con 62 primaveras que lleva cuatro años viviendo en la calle, una persona que acaba de ser operada de un tumor de vejiga. Y mientras, las instituciones no han dicho esta boca es mía.
Visitas y sorpresas
José Manuel Delgado seguirá ingresado en el hospital Puerta del Mar hasta hoy miércoles, que será cuando le den el alta tras realizarle unas pruebas. Estaba ayer aún más sensible que estos días atrás.
Ayer, hasta el centro hospitalario, desde El Puerto, llegaba Margarita, la joven que se prestó a acogerlo en su casa y a cuidarlo como si de un padre se tratase. “Estuvo aquí conmigo más de media hora”, decía Manuel con la emoción contenida.
Tuvo la oportunidad de contactar con sus compañeros de la plaza de las Tortugas, con Jesús y con Manuel, a los que les dio las gracias por sus ánimos y a los que pidió que se cuiden, a la vez que les contaba lo ocurrido en estos últimos días de ingreso tras la intervención. También ahí, José Manuel se emocionó.
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