Andalucía

Ellas enfermeras, ellos directivos

Pese a las políticas a favor de la igualdad de género, la plantilla de la Junta sufre aún descompensaciones. Mientras las mujeres son por ejemplo mayoría en Educación y Sanidad, aún son minoría en los puestos de decisión de las agencias públicas.

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  • Las mujeres, mayoría en el SAS -

La Junta de Andalucía hizo suya hace años la bandera de la igualdad de género y la aplica de puertas hacia adentro en ese gigantesco entramado de consejerías y entes que moldean su Administración. El balance arroja aún lagunas pese a los esfuerzos acumulados, algunas por culpa de variables imposibles de controlar (las mujeres tradicionalmente superan a los hombres cuando se convocan oposiciones) pero en otros casos porque la tan recurrente paridad no se fomenta, como ocurre en las agencias o en las sociedades mercantiles de capital público. 

Los propios Presupuestos de la Junta incluyen desde 2003 un apartado bautizado como Perspectiva de Género que somete a revisión todas y cada una de las estrategias de las consejerías para evitar desequilibrios, y la política de personal no escapa a ese examen exhaustivo. El informe correspondiente a las últimas cuentas públicas de Andalucía arroja una catarata de conclusiones, algunas significativas. Por ejemplo que el engranaje de la Administración regional ha acentuado en los últimos años su feminización: en 2015 el personal al servicio de la Junta sumaba 240.432 efectivos, de los que 154.403 eran mujeres y 86.029 hombres, un 64,2% a favor de ellas que se estima “por encima del límite considerado equilibrado”. En un año, además, la brecha ha aumentado en medio punto.

Las mujeres son mayoría por ejemplo en el SAS, el departamento de la Junta más “feminizado”, según la propia terminología utilizada en los balances. Las mujeres representan el 65,8% de toda la plantilla por el peso que, entre otros factores, representa la Enfermería, tradicionalmente asociada a ese sexo. La otra Consejería donde el peso de las mujeres es superior e incluso crece es en la de Educación: el 64,5% de los efectivos son profesoras, también con un incremento respecto a 2014. El informe que acompaña a los Presupuestos lo justifica, entre otros factores, en una tendencia histórica al incremento de mujeres al frente de las aulas en los niveles de alumnos con edades inferiores. Conforme se avanza hacia Secundaria o Bachillerato, la proporción se equilibra de forma progresiva.

La horquilla juega también a favor de las mujeres en el sector de la Justicia (65%) y en el resto de la Junta, la Administración General (también al alza, ya casi un 61%). La tendencia se invierte en el caso de los altos cargos. Si bien en el conjunto de la Administración existe casi paridad en  los niveles superiores de funcionarios, sí hay una clara descompensación en la red de agencias y sociedades públicas. Ahí el predominio de hombres en puestos de mando es aplastante, un 65%. 

Muchas profesoras, pero menos directoras

Las mujeres son mayoría abrumadora en el sector educativo (casi 74.000 de los 115.000 efectivos), pero minoría en puestos como el de inspectores. Hay paridad en los equipos directivos, pero la dirección de los centros continúan siendo territorio masculino (2.000 hombres frente a unas 1.500 mujeres). La proporción se invierte en el caso de subdirecciones, jefaturas de estudio y secretarías, donde predominan las profesoras. Por tipos de centros, en los de Educación Secundaria es donde más escasean las directoras.

La complicada conciliación

El privilegio de horario y puesto fijos que garantiza la Administración no facilita la conciliación familiar. Al menos eso indica el desglose de los datos que maneja la Junta sobre su propio personal, que revela que si se cuenta con más de un hijo la aventura de asumir tareas de más responsabilidad o dar el salto a escalafones superiores se resiente de forma considerable.
Ocurre por ejemplo en las plantillas de la Administración General (excluidas Educación, Sanidad y Justicia). En los niveles 27 al 30 del grupo A1, los de mayor especialización y también retribución, hay una clara brecha entre el personal funcionario femenino de más y de menos de 40 años. Por debajo de esa barrera el número de mujeres en altos cargos es sensiblemente inferior a los tramos de edad de entre 50 y 60. La explicación la encuentra el informe en el número de hijos: cuando ya han crecido, la proporción de mujeres que opta por tomar el timón de un departamento es mayor.
Conclusión: a más mujeres jóvenes con niños, más hombres en puestos elevados. “Sigue habiendo limitación para la igualdad por motivos relacionados con la conciliación”, detecta la propia Junta.

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