El segundo experimento sobre cómo hacer crecer cultivos en suelos que simulan las condiciones de Marte o la Luna, ha dado un resultado sorprendente: diez especies diferentes han sido cultivadas.
En concreto, investigadores de la Universidad y Centro de Ivestigación Wageningen en los Países Bajos han aprendido de sus primeros experimentos y han conseguido cosechar, entre otros tomates, guisantes, centeno, rábanos y berros de jardín.
"El total de biomasa de suelo producida en el simulador del suelo de Marte no fue significativamente diferente del compuesto para macetas que se utilizó como control", dice el investigador Wieger Wamelink. El objetivo de los experimentos es proporcionar la base para el crecimiento de los cultivos en Marte y en la Luna, con el fin de alimentar a los primeros colonos.
Unas pocas mejoras se han hecho desde el primer experimento, según Wamelink: "Se utilizó en lugar de bandejas, pequeñas ollas y material orgánico añadido (hierba fresca cortada) en el simulante de suelo de Marte y lunar. Esto solucionó el problema que tuvimos con el riego en el primer experimento y también el estiércol agregado a los suelos".
En particular, el crecimiento de los cultivos en el suelo lunar simulado mostró mejoría. Donde en el primer experimento en suelo lunar, la mayoría de las plantas murieron, en la siguiente ronda florecieron y los investigadores pudieron cosechar a partir de la misma especie que en el simulador de suelo de Marte y compost para macetas terrestre de control.
La producción de biomasa en el simulador del suelo de Marte fue menor que en el control terrestre, pero fue una pequeña diferencia causada porque una de las bandejas mostró un menor crecimiento. Asimismo, no fue estadísticamente diferente del control terrestre. "Eso fue una verdadera sorpresa para nosotros", comenta Wamelink. "Esto demuestra que el simulador del suelo de Marte tiene un gran potencial si se prepara y es regado correctamente. El crecimiento de la biomasa sobre el suelo lunar simulado fue menor que en los otros dos suelos, cerca de la mitad de la biomasa. Sólo las espinacas mostraron una pobre producción de biomasa".
Aunque los investigadores de Wageningen cosechan varios cultivos comestibles, ellos no los comen. Wamelink lo explica: "Los suelos contienen metales pesados como plomo, arsénico y mercurio, y también una gran cantidad de hierro.
Si los componentes se inflitran en las plantas es popsible su presencia en los frutos, haciéndolos venenosos. Hacen falta más investigaciones y es una de las razones por las que ha comenzado una campaña de crowdfunding para financiar el tercer experimento dedicado a la inocuidad de los alimentos. El experimento debe comenzar en abril con el cultivo de un nuevo lote de alimentos como patatas y judías. Si los cultivos resultan ser lo suficientemente seguros para comer, se invitará a los proveedores de fondos a una cena donde se servirá una 'comida de Marte', que incluye los cultivos cosechados; al menos para aquellos que se atrevan."
El experimento se inició en abril 2015. La cosecha final se llevó a cabo en octubre. Diez especies de cultivos diferentes (tomate, centeno, rábano, guisantes, puerros, espinacas, rúcula, berro, quinua y cebollino) se sembraron en bandejas, ya sea con suelos simulados de Marte, la Luna y compost terrestre para macetas como control. Las plantas se cultivaron en un invernadero bajo condiciones de temperatura, humedad y luz constantes y en atmósfera de la Tierra.
"Esto se debe a que se espera que el crecimiento del primer cultivo en Marte y la Luna se llevará a cabo en las salas subterráneas para proteger las plantas contra el ambiente hostil incluyendo la radiación cósmica," afirma Wamelink. El simulador del suelo de Marte se origina a partir de un volcán en Hawai y el simulador del suelo lunar de un desierto en Arizona.
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