La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a un hombre a dos años de prisión y al pago de una indemnización de 10.000 euros por abusar sexualmente de una menor, en mayo del 2013, cuando esta niña contaba con 11 años de edad.
Según reza en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el tribunal lo considera responsable de un delito de abuso sexual, imponiéndole la medida de libertad vigilada que se ejecutará con posterioridad a la pena privativa de libertad, por un periodo de ocho años, y a su vez la prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia inferior a 1.000 metros y a comunicarse con ella en diez años.
El juez considera probado que, entre las 8,00 y las 15,00 horas del 13 de mayo de 2013, esta menor se encontraba en el domicilio del condenado, en la localidad de Almonte, y cuando ambos se hallaban en el patio de la vivienda éste, con la finalidad de obtener placer sexual, le realizó tocamientos y le pidió que no le contara nada a su madre. Como consecuencia de estos hechos, esta niña sufrió trastornos de ansiedad que requieren de tratamiento terapéutico.
Durante el juicio, el condenado negó los hechos y aseguró que sus relaciones con la menor eran "buenas" y que efectivamente aquel día "la niña estuvo en su casa" donde además se encontraban su pareja y un primo de la menor, que "no pasó nada y que todo obedecía a una situación de celos de la niña por no llevarla a la aldea de El Rocío".
Finalmente el juez ha dictado una sentencia condenatoria al entender creíbles los distintos relatos ofrecidos por la menor ante la Guardia Civil, y al considerar que los realizó con "plena convicción, contundencia, persistencia y ofreciendo puntuales explicaciones a las distintas preguntas que le fueron formuladas".
Del mismo modo, la madre de esta niña, tras narrar que su hija le había contado lo acaecido, añadió que con anterioridad había notado que ésta se "comportaba rara" ante la presencia del condenado y que "se metía en su cuarto, del que no quería salir".
Por último, los peritos psicólogos se ratificaron en su informe, que concluye que la menor "presenta signos para identificarla como víctima de maltrato y/o abuso sexual y que de los análisis los contenidos del testimonio, como del análisis de la credibilidad y validez del testimonio, surgen datos suficientes para catalogar dicho relato como creíble".
PETICIÓN DEL FISCAL
Por su parte, el Ministerio Fiscal, en sus conclusiones definitivas, calificó los hechos como constitutivos de un delito de abuso sexual y solicitó la pena de cinco años de prisión, la medida de libertad vigilada, que se ejecutara con posterioridad a la pena privativa de libertad, por un periodo de ocho años, y la prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia inferior a 1.000 metros a su domicilio durante 13 años.
La acusación particular calificó los hechos como constitutivos de un delito continuado de abusos sexuales y pidió para el condenado seis años de prisión, la medida de libertad vigilada por un periodo de ocho años y la prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia inferior a 1.000 metros a su domicilio, así como una multa por una falta de amenazas y el pago de una indemnización de 25.000 euros, mientras que su defensa solicitó la libre absolución.
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