El grato sonar de La Carihuela llega lejos y es campana de melodiosos tonos que invita al mundo entero a venir a Torremolinos y sentarse a su amplia mesa, siempre dispuesta y rebosante de los frescos y deliciosos frutos del mar, en la misma orilla donde susurran las olas y el sol lo envuelve todo con su dorada capa.
Mas no es La Carihuela un simple hacinamiento de chiringuitos y restaurantes. No es un mero servir a los comensales boquerones fritos, sardinas en espeto, lubinas a la sal, chanquetes, calamares, almejas... La Carihuela es mucho más que eso y es más que la típica playa donde humildes pescadores aún rememoran las viejas faenas del copo. La Carihuela es la esencia y la madre del 'pescaíto', ya que fue ella la que dio a luz tan apetitoso e internacional vocablo allá por los años sesenta, contribuyendo así a la progenie y universalidad de Torremolinos. Decir 'pescaíto' es decir 'La Carihuela'. Todos los años, cada primero o segundo jueves de junio, La Carihuela comparte gratuitamente sus pescaítos con todo el mundo, sea residente o foráneo, en un singular gesto de confraternidad, tan característico de los torremolinenses.
La discordante y pomposa modernidad de elevados edificios que se ciernen como aves de rapiña sobre las modestas y albinas casitas que otrora fueran las viviendas de los pescadores, no ha conseguido que La Carihuela pierda su identidad de pueblo dentro del pueblo. La vieja Carihuela sabe y huele a pueblo marinero dentro del marinero gran pueblo de Torremolinos. Su morena playa, aún con la infinidad de sus visitantes y el paso y peso de los años, sigue siendo la joven y bella enamorada del Cantar de los Cantares de Salomón. Cierto que sus arenas han contemplado un largo desfile de naves desde el albor de las civilizaciones; pero ella, La Carihuela, no envejece, sigue ahí, con su tostado vestido de novia, novia eterna de Torremolinos. Bienaventurado el mortal a quien se le concede el privilegio de soñar en su lecho de arena y degustar sus manjares.
Si, La Carihuela es la gran mesa de Torremolinos, opípara mesa del 'pescaíto', permanentemente dispuesta.
La Carihuela suena a pescaíto y a su grata llamada acuden felices las gentes, cual si hubieran sido invitadas al más espléndido banquete de bodas. Y es que La Carihuela es un banquete diario, un eterno 'Día del Pescaíto'.
EL "DIA DEL PESCAITO"
EN TORREMOLINOS
(Soneto de Jesús Antonio San Martín)
En el mes del estío, al mediodía,
en un jueves de gran animación,
es del pueblo solemne tradición
compartir "pescaítos" y alegría.
Tal derroche de gracia y cortesía
en el mundo no encuentra parangón,
que es bondad natural del corazón
que, en nobleza, se entrega sin falsía.
Ven alegre a este pueblo venturoso
y del mar, "pescaítos" con acierto,
saborea sus frutos tan divinos,
que no existe otro pueblo más rumboso
que se de al mundo entero tan abierto
como abierto se da Torremolinos.
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