La Diputación Permanente del Parlamento andaluz cerró este martes la puerta a todas las peticiones de la oposición para que la Cámara se reactivase en el inhábil mes de enero y celebrase plenos extraordinarios. Los representantes del PSOE encontraron en todos los casos el apoyo de Ciudadanos para vetar el paso a las iniciativas, pero en la resolución de una de ellas llegó a producirse la paradoja de que el partido de Juan Marín votó incluso en contra de una propuesta a la que se había sumado hace días.
El paso atrás salva al consejero de Empleo, Empresa y Comercio de dar explicaciones ante el Pleno por la situación que arrastran las escuelas de hostelería malagueñas de La Cónsula y La Fonda, con las puertas cerradas, profesores sin cobrar nóminas y los alumnos lejos de las aulas al no haber integración aún en el SAE, como se ha hecho con el resto de consorcios.
La propuesta para que Sánchez Maldonado compareciera la firmó en su día C’s junto a PP, Podemos e IU, pero su diputada Marta Bosquet alegó que la solución se aportará antes del 31 de enero, aceptando así la promesa de la Junta, certificada hace días incluso por Susana Díaz, y giró 180 grados. Como solución, el PSOE propuso que el tema se analice no en Pleno sino en una comisión extraordinaria del ramo, un camino intermedio al que tuvieron que acceder como mal menor todas las formaciones salvo IU, que se abstuvo. Ante la lluvia de críticas, incluida la del PP al entender que C’s “blinda” al PSOE, Bosquet replicó que las circunstancias han variado y que confía en la palabra de la Junta.
Ese intento de forzar un pleno extraordinario murió en el intento, como también lo hizo el del PP para que Susana Díaz se someta a un debate de corte político. El PSOE, que afeó a los populares que confundan la figura de la presidenta con la de secretaria general y traten de atacarla por el debate interno en su partido, volvió a encontrar el respaldo de C’s, pero esta vez también el de Podemos, que se negó a entrar en “un show televisivo”.
El tercer escollo salvado por el Gobierno tenía el sello de Podemos e IU, y el apoyo del PP, e intentaba debatir sobre pobreza infantil en la comunidad. C’s cerró de nuevo filas con el PSOE porque “reunir a los 109 diputados”, cree, no soluciona el problema”.
Acusaciones de "mamporreros"
C’s se granjeó las críticas del resto de la oposición, pero la más contundente llegó desde IU. José Antonio Castro intuyó el cambio de rumbo incluso antes de la reunión de la Diputación y lo tachó de “escándalo”, recordó el compromiso de los de Marín con los afectados en Málaga y les acusó de “no ser Gobierno ni oposición”, sino de estar ejerciendo de “mamporreros”.
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