Raúl Ruiz-Berdejo se convirtió en candidato a la Alcaldía por Izquierda Unida tras imponerse en el proceso de primarias a a quien ha sido referente de sus siglas en Jerez durante muchos años, Joaquín del Valle. Pese a haber obtenido un concejal menos que en las municipales de 2011, el portavoz municipal de IU puede presumir de haber logrado que su partido tenga una mayor presencia activa en la ciudad, aunque, también es cierto ha habido titulares que han dejado en un segundo plano cuestiones más importantes.
Lo primero que me gustaría conocer es el balance personal que hace de la labor de su grupo municipal en estos siete meses.
—Creo que el balance es positivo. Los dos concejales de IU hemos debutado en la Corporación, pero la adaptación ha sido ágil y rápida, y nuestro grupo municipal no es uno más, sino de los más activos en cuanto a presentación de propuestas y en el propio debate de pleno. Creo que tenemos un gran trabajo por hacer, y lo vamos a hacer durante estos cuatro años.
El que se aprecie ahora una mayor presencia activa de IU pese a que tengan un concejal menos, ¿es una forma de corregir errores o también de saber dar respuesta a los nuevos tiempos que corren?
—Toda organización debe ir adaptándose. Con respecto a la anterior etapa hay cosas que son diferentes. Los compañeros anteriores, encabezados por Joaquín del Valle, que ha sido una referencia en nuestra ciudad, hicieron un trabajo serio, defendiendo los principios de la organización, y ahora nos toca a nosotros. .
¿Y cuál es su impresión actual de la labor del equipo de gobierno?
—Les está costando aterrizar en el trabajo político que necesita la ciudad. La situación es complicada y está obligado a llegar a acuerdos con los grupos de la oposición. Creo que existen buenas intenciones, el interés cierto y sincero de caminar en la dirección correcta en atención al acuerdo de investidura, pero sí creo que está faltando agilidad para concretar esas propuestas políticas, que es lo que necesita la ciudad. Confío en que la adquieran con el paso del tiempo.
Ustedes comenzaron tendiendo la mano, con responsabilidad, a la hora de respaldar las propuestas económicas urgentes que se llevaron a pleno, pero, poco a poco, se han ido distanciando del gobierno, ¿cree posible a estas alturas una posible entrada de IU en el equipo de gobierno, de la que, por otro lado, no se ha parado de hablar en todo este tiempo?
—Nosotros cuando apoyamos la investidura dejamos claro que respaldaríamos todo aquello que compartiéramos por principios políticos, pero que no íbamos a estar ahí para decir "sí bwana" en todo momento. Hay medidas con las que no hemos estado de acuerdo y ante las que hemos votado en contra, entre otras cosas porque no le debemos nada a nadie. Vamos a seguir en esa línea. Todo el mundo sabe lo que es IU y apoyaremos todas las medidas que vayan en la dirección que consideramos la correcta.
¿Cómo se compagina la crítica a quienes gobiernan con el hecho de que, como decía su coordinador, Juan Antonio Jiménez, no van a dejar caer a este gobierno para que vuelva el PP?
—Tenemos claro que el PP no puede gobernar esta ciudad. En el anterior mandato a estas alturas ya teníamos anunciado el ERE, la privatización del agua, medidas que no tienen nada que ver con lo que defendemos. Es puro planteamiento de posicionamiento político. A partir de ahí tenemos que ser críticos y forzar al PSOE para que aplique políticas de izquierdas. De hecho, IU se va a poner el traje de faena para sacar adelante las medidas que ha planteado y aprobado en pleno y llevarlas a buen puerto. Estamos para sumar, pero sin olvidar nuestro sentido crítico.
Ganemos Jerez, Ciudadanos y también ustedes han venido reclamando el cumplimiento de los acuerdos plenarios. Parece que en su caso ha habido suerte esta misma semana con las comisiones del derecho a la vivienda y el inicio de la elaboración del plan de desarrollo rural. ¿Cree que le falta músculo al gobierno local o se debe a esa subrayada cautela a la que siempre hacen alusión?
—Tiene que ver un poco con las dos cosas. Entiendo la cautela, no hace falta más que ver cómo esta semana han desfilado por los juzgados sus exalcaldes, pero sobre todo tiene que ver con esa falta de agilidad, en parte debido al número de personas que forman parte del gobierno, y por falta de adaptación. Eramos críticos en el caso de estas dos medidas, porque entendemos que son fundamentales e inmediatas, y necesitaban de una comisión que fiscalizara su cumplimiento. Además, queremos que en las mismas participen colectivos sociales que se ven afectados por problemas como el de la falta de vivienda o el del desarrollo rural, porque Jerez ha dependido de un modelo productivo que nos hacía cautivos del sector turístico y del empleo en el sector servicios de manera precaria y estacional, y creemos que hay que avanzar, diversificar el turismo, y mirar a nuestro medio rural para ver sus posibilidades tremendas y atender sus necesidades.
El papel lo soporta todo, por eso mismo, el plan estratégico de desarrollo rural que se va a concebir ¿de qué forma se podrá materializar más tarde?. ¿Son líneas estratégicas, prevé determinadas inversiones, bajo qué filosofía empezarán a trabajar?
—Nuestro objetivo es que sea un plan estratégico. Necesitamos de consensos con el resto de partidos, de manera que cuando llegue el próximo mandato y haya cambio de gobierno no acabe en una papelera. Queremos plan de largo recorrido y que todos nos impliquemos en esa estrategia. De ella van a formar parte los partidos, hay que radiografiar los problemas y necesidades de la zona rural, y establecer un calendario de comparecencias de los actores sociales implicados en el desarrollo de nuestro medio rural. Desde ahí, fijar bases estratégicas y que los ciudadanos de la zona rural participen en las mismas. Una vez aprobado tiene que contemplar respuestas para todos los problemas a los que hace frente la zona rural: administrativos, de prestación de servicios públicos, de falta de ayudas para modernizar el sector agrario, canales de comercialización, modernización de las tierras y la gente que la trabaja, las vías pecuarias... Pero por encima de todo hay que pensar en futuro, y el plan es una oportunidad para crear empleo y poner en todo su valor el potencial del medio rural.
Hablando de desarrollo rural, ¿le ve alguna salida viable a la situación actual del PCTA?
—Con el PTA somos muy críticos, porque era una fantástica oportunidad para Jerez, pero ningún gobierno ha apostado por él. La Junta propone ahora que se adscriba a Tecnobahía y podríamos compartir esa salida, pero hay varias preguntas, caso de la deuda, porque quién la va a pagar. Es fundamental el parque, darle actividad y que no sea un mero adorno si se integra en Tecnobahía.
El plan estratégico de desarrollo rural es uno de los modelos productivos por los que apuesta su partido, pero ¿cuál cree que debe ser asimismo el modelo de ciudad?
—Por encima de todo entendemos que si queremos hablar de estrategias y no meras tácticas, los acuerdos deben contar con el máximo consenso. No vale que se apruebe un plan en el que alberguemos tantas esperanzas para que con un cambio de gobierno caigan en un saco roto. Los planes estratégicos hay que concebirlos así, con el respaldo de todos. Hay que llegar a puntos de encuentro, porque esta ciudad lo necesita. Tenemos que ser capaces de ponernos de acuerdo, porque hay algo más importante que nuestras diferencias políticas, que es el futuro de esta ciudad y que Jerez sea una ciudad de oportunidades.
Con respecto a la propuesta sobre la función social de la vivienda, ¿en qué medida puede contribuir a la situación actual del mercado de viviendas de cara a las familias que carecen de hogar, sobre todo en lo que se trata de viviendas de competencia pública?
—Es imprescindible hacer un censo de viviendas vacías en manos públicas, ya que deben ser usadas sí o sí para favorecer las necesidades de solución habitacional de muchas familias. Tiene que haber una bolsa pública de viviendas y que la información sea transparente y esté al alcance de todo el mundo. Buscar una vivienda no debe ser una utopía. Y es fundamental luchar contra el drama de los desahucios, que por desgracia se siguen produciendo. Hay colectivos realizando un sensacional trabajo, pero no podemos dejar a activistas todo el peso de la responsabilidad que debe recaer en la administración pública. La oficina de intervención hipotecaria es una buena opción pero hay que dotarla de más contenido.
Ahora que tanto se habla de transparencia, ¿está satisfecho con los pasos que está dando el gobierno local al respecto o considera que hay que ser más ambiciosos? En su opinión, ¿qué más le falta al portal de transparencia?
—Faltan muchas cosas. Se venían dando pasos desde la época del PP, pero creemos que la transparencia no es solo una cuestión formal, hay que creérsela. Tiene que ver con que si se solicita el expediente de la Gürtel nos lo faciliten, con que cuando se concedan los fondos de la EDUSI se le permita a los ciudadanos participar... Entendemos la transparencia y la participación como dos elementos complementarios y es fundamental poner la información a disposición de los ciudadanos y que ellos participen en las decisiones que se toman en la vida pública. No es hacer un referéndum con cada cuestión que surja, pero por ejemplo no podemos privatizar el agua sin consultárselo antes a los ciudadanos. Se dan pasos, pero se tienen que dar más.
Ahora mismo hay varias cuestiones candentes. La primera de ellas es la situación de los afectados por el ERE, ¿no le da la sensación de que se quiere poner la venda antes de que surja la herida, o aún confía en que se pueda lograr la reincorporación?
—Desde el primer momento hemos sido muy claros con los trabajadores y el gobierno. El ERE es arbitrario y es una cuestión de justicia permitirles recuperar sus puestos de trabajo. Es una cuestión de principios. La política es el arte de encontrar soluciones a los problemas, y sabemos que hay soluciones para esta cuestión. Nosotros entendemos la cautela del gobierno, pero hace falta más determinación. Tenemos la posibilidad de reincorporarlos y para ello es imprescindible empezar a llegar a acuerdos con ellos antes de que lleguen las sentencias de los recursos, porque en cuanto lleguen todo será más complicado. El Gobierno lo vincula a la necesidad de contar con el presupuesto y el plan de ajuste, pues entonces lo que a lo mejor necesitamos es que estén listos cuanto antes con las partidas que contemplen esas reincorporaciones.
La alcaldesa ha aludido esta semana ya no sólo a cuestiones legales, sino también económicas...
—Es tan fácil como hablar. Los trabajadores del ERE realmente no han llevado a cabo ninguna negociación. La opción que se les dio fue prorratear los salarios de tramitación durante diez años, pero no se les ha planteado ninguna otra. Si el problema es económico, lo que tiene es que llamarlos y explicarles con sinceridad dónde está el problema, pero es necesario que les hablen claro para encontrar la solución, y a día de hoy no se ha señalado que haya un problema económico. Si lo hay, que lo hable y lo negocie con los afectados, porque a día de hoy no se ha producido.
Una segunda cuestión es toda la polémica concentrada en torno a Cirjesa, ¿cuáles cree que son los pasos que deben darse, teniendo en cuenta que se trata de una sociedad municipal y que está en juego la gestión pública de un activo importante para la ciudad?
—Yo creo que se están dando los pasos correctos y que se está siendo lo suficientemente cauto para dar esos pasos. El tema del gerente ya ha quedado claro y el trabajo que se ha hecho en el apartado deportivo del Circuito entendemos que no es malo. Con respecto a la situación económica, hay que resolver la capitalización de la deuda. Existen dudas y entiendo que no se den pasos hasta que todo esté resuelto.
La tercera cuestión que le quería plantear tiene que ver con la negociación del convenio colectivo de Urbaser. Usted ha apuntado esta semana que tienen por delante la oportunidad de poner fin a la concesión privada en 2019 y municipalizar el servicio. ¿Lo cree de verdad posible con los problemas de financiación que tiene el Ayuntamiento?
—Lo creo por una razón fundamental, porque es más barato. En este caso si ese servicio se presta desde el Ayuntamiento nos vamos a ahorrar el beneficio empresarial. Es fundamental no sólo por defender el carácter público, sino por dignificar las condiciones de trabajo y ejercer un mayor control sobre la prestación del servicio, que actualmente es decadente y el Ayuntamiento tiene que tener el máximo control sobre la limpieza de sus calles, y eso no ocurre ahora. Si estamos endeudados, qué mejor que recortar del dinero que le estamos dando a Florentino Pérez y compañía. Es importante sacar a debate la remunicipalización ahora porque lo que no queremos es que el debate salga dos meses antes porque no habría tiempo de maniobra. Estamos a tiempo de hacer los estudios necesarios y ver cómo se podía organizar.
Su coordinador local lamentaba que el plan de vivienda hubiese quedado en un segundo plano el día que se llevó a pleno porque coincidió con el debate sobre el busto de Pemán, que se llevó todos los titulares, ¿qué opina de los que encuadran ese debate en la política de gestos de la que tanto se habla ahora?
—Nosotros no creemos que sea política de gestos. Consideramos imprescindible la necesidad de reivindicar la memoria y reparar el honor de las víctimas. No es un gesto, sino un principio ideológico de una fuerza que cuenta con personas que nos votan sabiendo lo que defendemos y que defendemos eso. Lo que no se puede es rendir homenaje a personas que han estado directamente vinculadas con un golpe de estado fascista, criminal y violento que provocó la muerte de muchas personas. No se trata de debatir si Pemán era mejor o peor escritor, o mejor o peor persona con sus amigos, sino entender que fue parte activa de ese golpe de estado. La gente nos pide que no dejemos de reivindicar esa historia, la historia de los que fueron masacrados, y las administraciones públicas deben reivindicar eso. En Alemania a nadie se le ocurre homenajear a personas vinculadas con el Tercer Reich, y en Jerez y en España seguimos empeñados en mantener esos homenajes. A lo mejor la respuesta es tan sencilla como que aquí ganaron los malos.
De la herencia del PP queda la privatización del agua. Pese a las iniciativas impulsadas en el pleno, tampoco se le aprecia al gobierno un empeño decidido por revertir la situación, ¿considera o es consciente de que todo puede quedar en papel mojado?
—Entendemos que la remunicipalización del agua es un tema de medio y largo plazo, porque no disponemos del dinero suficiente para ponerlo encima de la mesa, pero es imprescindible la fiscalización del trabajo que realiza Aqualia. También hay que darle facilidades a las pedanías que apostaron por prestar el servicio de forma pública, y el contraste va a ser evidente entre esas pedanías y Jerez. Actualmente, también hay que seguir trabajando en la garantía de los suministros mínimos vitales, ya que la responsabilidad es del Ayuntamiento, y se puede hacer, sólo hace falta voluntad política. Está aprobado en pleno y sólo estamos a la espera de que se ponga en práctica.
Por cierto, hablando de herencias, la de IU en Jerez tras su paso por la Junta, el carril bici. ¿Qué le parece como ha quedado?
—Hay un problema fundamental que tiene que ver con el espíritu del proyecto. Cuando nosotros hablamos de carril bici lo enmarcamos en un modelo de ciudad sostenible, y está para quitarle espacio al coche, no al peatón. Cuando el proyecto llega a Jerez, el PP exigió concesiones, y fueron demasiadas, porque pervirtieron el espíritu de ese carril bici. Y de ahí los problemas que nos estamos encontrando. Además, el trazado debe llegar al centro, debe discurrir por calles clave.
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