De la importancia que Gustavo Adolfo Bécquer tuvo, y tiene, para la literatura nadie duda, pero esa importancia hizo que quedase eclipsada otra labor, que fue, precisamente, a la que más tiempo dedicó durante su vida, ya que su profesión de periodista fue lo que le mantuvo activo siempre.
El autor de 'Rimas y Leyendas', de hecho, fue un periodista de referencia en el siglo XIX, como refleja un estudio realizado por la filóloga Pilar Alcalá, que pone de manifiesto este aspecto de la vida profesional de Bécquer, ensombrecido por su obra literaria, así como por la dureza de las leyes en el siglo XIX contra los periodistas que no siguiesen los dictados del Gobierno.
Y todo ello, como explica la autora del estudio a Efe, dentro "de un análisis completo de la figura de Gustavo Adolfo en el que, además rastreé en toda su obra las referencias gastronómicas", de modo que "no analicé solo al periodista, sino toda su obra, sabiendo que a nuestros días ha llegado su obra literaria, pero no la periodística".
"Lo que sí es importante señalar -prosigue- es que toda la obra de Bécquer se publicó en periódicos y revistas, y no fue hasta después de muerto que se reunió en un libro", señala Alcalá, que resume, a la hora de hablar de lo complicado que ha sido reunir todos los datos que "cuando amas a alguien lo amas en su totalidad".
Además de censor de novelas, como señala el estudio, fue director y redactor de importantes periódicos, donde se mezclaba la personalidad del satírico con el periodista, pero "no debe extrañarnos esa duplicidad, sobre todo teniendo en cuenta la dureza de la ley de imprenta vigente en los años en que Bécquer estuvo activo como periodista, en los que era frecuente que los periodistas acabaran en la cárcel".
Esta licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y secretaria de la asociación 'Con los Bécquer en Sevilla', recuerda además, en este sentido, que con motivo del carnaval escribió: "Un solo día de máscaras para la prensa, y el Gobierno oiría muchas verdades que acaso fuesen útiles, y el país muchas cosas que sin duda sirvieran de una gran lección".
Fue un artículo escrito en 1862 en 'El Contemporáneo', y todo ello mediante una dualidad que le hacía debatirse entre su devoción y la necesidad de ganarse la vida, porque sostenía que "los periódicos eran lo menos intelectual de la literatura y por ello rechazaba ganarse la vida en ellos".
Pilar Alcalá recuerda que algunos artículos periodísticos "son obras de arte, como por ejemplo 'Caso de Ablativo', que escribió al cubrir la inauguración de la línea férrea que conectaría España con Francia, además de que 'Cartas desde mi celda' las escribió durante su estancia en Veruela y las mandaba por correo para que se publicaran en 'El Contemporáneo' en la época en la que era director del periódico".
La autora recuerda también la complicidad que incluso en este aspecto tenían los hermanos Bécquer, ya que Valeriano pintaba tipos de distintas regiones y Gustavo Adolfo escribía el texto, con títulos como 'El pescador', 'La sardinera' o 'La pastora'.
Otra cosa que muestra el trabajo, publicado en la revista 'Hápax' en su número dedicado a Bécquer', es su enorme capacidad de trabajo, ya que en 1855 se embarca en la publicación de la revista 'El Mundo', en el verano de ese mismo año trabajó en 'El Porvenir', y en 1859-1860 colaboró en 'La Época', para entrar enseguida en el equipo de redacción de 'El Contemporáneo', que dirigió desde el 9 de noviembre de 1864 hasta mediados de febrero de 1865.
Son aspectos de la vida del escritor sevillano que van saliendo a la luz poco a poco gracias al "amor que no oculto" de Pilar Alcalá por Bécquer, lo que la está llevando, entre otras cosas, a encabezar distintas actividades para conseguir que Sevilla celebre en 2016 el 'Año Bécquer', al conmemorarse el 180 aniversario de su nacimiento.
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