La NASA y sus socios Boeing y SpaceX han firmado un acuerdo por el que desarrollarán una nueva generación de cohetes y naves espaciales que permitirán, a partir de 2017, que la tripulación de la Estación Espacial Internacional (ISS) aumente y que los viajes a la órbita baja de la Tierra sea más frecuente.
Desde la agencia espacial estadounidense destacan que este acuerdo ha sido posible gracias a los avances aeronáuticos realizados a lo largo de este último año, entre ellos el último logro de SpaceX, que esta semana conseguía aterrizar su cohete Falcon9 convirtiéndolo en reutilizable.
De este modo, en dos años las misiones comerciales con tripulación permitirán que el equipo en la ISS pase de seis astronautas a siete y que su estancia en órbita sea más larga. Se trata de un paso más en la preparación hacia la visita del hombre a Marte.
La NASA ha explicado que, en 2015, ambas compañías comenzaron con sus nuevos diseños, allanando el camino para las pruebas de vuelo que comenzarán ya en 2016.
De hecho, ya se han elegido a los cuatro primeros astronautas para entrenar con Boeing y SpaceX: Bob Behnken, Eric Boe, Doug Hurley y Suni Williams. Son pilotos de prueba experimentados que cuentan con considerables credenciales de vuelos espaciales que van desde misiones en el transbordador espacial de larga duración, hasta a visitas a la estación espacial.
Después de su selección en julio por parte de la NASA, los cuatro astronautas pasaron el resto del año estudiando los diseños y hardware de ambas compañías, sobre los que un día tendrán el mando.
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