La regularidad pasa por ganar lejos del Ramón Sánchez Pizjuán. Es más que una evidencia, puesto que los sevillistas son el tercer equipo que mejores resultados obtiene como local, pero ello no es suficiente como para aspirar a fecha de hoy por los puestos altos de la tabla.
Salvado el escollo de siete meses sin vencer un duelo oficial a domicilio tras endosarle un 0-3 a un débil UD Logroñés, los de Emery necesitan para respirar refrendarlo con un vital triunfo este sábado (22.00 horas) frente al Deportivo de la Coruña en Riazor. Un estadio que históricamente ha sido un auténtico cementerio de puntos para los nervionenses, pero tras esta última década exitoso el rumbo de dichos guarismos parece haber cambiado.
Hasta en 43 ocasiones Dépor y Sevilla se han visto las caras en tierras coruñesas, cuatro de ellas en Copa y sólo una vez en Segunda. Así, desde 1941 y hasta 2004 podríamos decir que los gallegos fueron inexpugnables en su feudo frente a los andaluces, puesto que sólo en tres encuentros habían celebrado una victoria los rojiblancos (1943, 1950 y 1953).
Pero todo comenzó a cambiar en 2004 con Caparrós en el banquillo. Tras una nefasta racha de hasta once derrotas consecutivas, los de Nervión rascaron un valiosísimo empate a dos con goles de Baptista y Carlitos. Una temporada más tarde se firmaron de nuevo las tablas, aunque sin goles. Y a partir de ahí, ya con Juande al frente de la nave sevillista, cambio el tercio. Primero fue en la recordada semifinal copera de 2007, en la que el Sevilla asaltó Riazor con un contundente 0-3, precisamente ante un Dépor que era entrenado por Caparrós. Y le ganó también en Liga esa misma temporada un mes más tarde (1-2, goles de Renato y Kanouté).
Una de las dos únicas derrotas padecidas en esta prodigiosa década llegaría en 2008 (2-1). La otra contabilizada fue en 2009 (1-0). Mientras tanto, los nervionenses han acumulado cinco victorias desde 2009 hasta el día de hoy, teniendo en cuenta que los gallegos han pasado en dos ocasiones por el infierno de la Segunda División en este periodo de tiempo.
El último triunfo, la temporada pasada, se firmó con Emery en el banquillo en un partido loco que terminó con un extraño 3-4 para los hispalenses. Así que nada como Riazor para alegrar la vida y despertar ya a domicilio.
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