Algo más de 6.505.000 andaluces, 335.000 de ellos debutantes, decidirán en un par de semanas qué etiqueta política colocan a cada uno de los 61 escaños que aportará la comunidad autónoma a los 350 que formarán el Congreso de los Diputados. Aunque el fuego cruzado entre partidos ha sido moneda común desde el verano, la campaña arranca, ahora de forma oficial, en la medianoche del jueves al viernes con las primeras fanfarrias y la tradicional pegada de carteles. Por delante quedan 15 largos días en los que ya se puede solicitar de forma expresa el voto para despejar la gran incógnita: si Mariano Rajoy resistirá en Moncloa o cederá a un relevo de siglas y opciones.
Andalucía aporta tanto a la cita que será uno de los territorios por los que más se dejen ver por los grandes candidatos. Ya lo han hecho en precampaña y volverá a suceder en la fase decisiva porque todos saben lo que se juegan. Reza en los manuales de teoría política nacional que en Andalucía y Cataluña se decanta finalmente la balanza, pero esos platos tienen ahora muchos más pretendientes.
El PP se hizo con el botín más suculento en 2011 doblegando por primera vez al PSOE y cumplió la profecía: victoria al sur y conquista de la Moncloa van de la mano. Fueron 33 escaños frente a los 25 socialistas y los 2 de IU. La herida ha escocido durante cuatro largos años y en San Vicente se da por hecho que la revancha está servida porque el PP pagará los efectos de los recortes.
En pro de esa causa rema Susana Díaz desde hace meses, cuando proclamó que se desviviría por aupar a Pedro Sánchez al pedestal del Gobierno. Eso en público, porque en privado las diferencias afloran -la última, la sospechosa pernoctación de éste en un hotel sevillano hace dos semanas sin una mera llamada de aviso a la cúpula andaluza- y el runrún insistente es que un mal resultado del candidato podría catapultar a la lideresa hacia Ferraz. “Los andaluces me tienen anclada a esta tierra”, proclamó Díaz hace unos días en un mitin de precampaña, pero la historia está plagada de episodios que desbaratan promesas y fomentan amnesias.
Con listas renovadas -ni Guerra en un lado ni Arenas en el otro- la batalla clásica PP-PSOE tiene nuevos invitados. Ciudadanos se arrogó este miércoles la condición de “tercera fuerza andaluza” pese a ser la cuarta en el Parlamento. Lo hace porque las encuestas soplan tan favor de sus posibilidades que su líder, Juan Marín, se siente investido del poder de quien se ve sobre la cresta de la ola. Paradojas del juego político: mientras los socialistas andaluces recordaban este lunes que C’s es “la derecha conservadora”, se les busca para aprobar el Presupuesto y se les prefiere a Podemos, el adversario odiado por Díaz. La presidenta incluso se ha permitido recomendar a Pedro Sánchez en público el abrazo de los escaños de Rivera, si fueran necesarios, pero el secretario general del PSOE preferiría a Pablo Iglesias. En Andalucía el PSOE teme la fuga de votos por la izquierda y en el resto de España por la derecha. Paradojas.
Provincias
Sevilla y Málaga, las dos grandes circunscripciones, concentran buena parte de la batalla y, junto con Cádiz, aglutinan el que puede ser mayor juego de escaños por la irrupción de los dos nuevos contrincantes. El PSOE confía en una victoria en todas las provincias, aunque ve Almería como plaza complicada. El PP asume la imposibilidad de repetir la marca histórica de 2011 y Ciudadanos maneja una cosecha de 12 diputados que arañaría de ambos lados, populares y socialistas. Podemos, empantanado en un difuso arranque de legislatura, aspiraría a la decena e IU daría por bueno mantener escaños en un clima adverso. El carrusel de mítines despega y Andalucía, con casi uno de cada seis escaños del Congreso, es ahora tierra aún más suculenta.
Rajoy y Susana Díaz coinciden en Málaga
Le ocurrió a Rajoy con Pedro Sánchez la pasada semana y este jueves le sucederá con Susana Díaz. Si el presidente protagonizaba entonces un mitin en Tomares apenas a 55 kilómetros de Almonte, donde hacía lo propio el candidato socialista, ahora la coincidencia es aún más próxima. Líder del PP nacional y jefa de filas del socialismo andaluz pasearán por Málaga capital para dar el pistoletazo de salida a la campaña. Será sólo el arranque de una tónica común porque a todos ellos, igual que a Rivera e Iglesias, les esperan varias visitas a Andalucía.
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