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Arcos

La presión del Cabecense ahoga a un Arcos poco agresivo en ataque

Los rojinegros cortaron la buena racha arcense de tres victorias seguidas. Un penalti muy discutible dio los tres puntos a un correoso Cabecense. Reciben este sábado al Lucena en partido de la séptima jornada

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–C.D. Cabecense– Iván, Manu, Javi, Bucarat, Francis; Lara, David; Reguera (Dani, 89’), Burrita (Pulet, 83’), Emilio (Francisco, 70’); Sillero.


–Arcos C.F– Alejandro; Nano, Michele, Rosales, Adri; Zúñiga, Urri (Corral, 75’); Jesús, Maqui, Jacobo (Xavi, 56’); Canty (Juanca, 61’).

Gol:  1-0 Sillero, de penalty. (15')


Árbitro:  Gallegos Jiménez (malagueño). Amonestó a Bucarat, Francis, Manu y Lara, por el bando local; y a Zúñiga, Maqui y Rosales, por el visitante.  


Incidencias: Decimoctava jornada. Estadio Carlos Marchena de césped artificial. Unas 400 personas en las gradas.

Se esperaba con gran interés el partido del Arcos en Las Cabezas después de las tres victorias consecutivas del conjunto de Pepe Bermúdez, que le situaban en el sexto lugar de la tabla empatado a puntos con el Sanluqueño, cuarto clasificado, y a solo tres del tercero, el Ceuta.

Una hipotética victoria de los arcenses en el Carlos Marchena le habría dado un importante bagaje de puntos y le hubiera acercado a uno solo del Ceuta con dos partidos menos que los ceutíes. El partido era clave para aclarar las posibilidades de unos y otros y comprobar hasta qué punto era capaz el ‘nuevo’ Arcos, el ‘beibi' Arcos, de continuar ilusionando a sus seguidores con resultados sobresalientes en cualquiera de sus salidas, como en la reciente de Palmones ante Los Barrios. A la chita callando y sin hacer apenas ruido, los blancos se han encaramado a la parte alta de la liga y a poco que se cumplan los pronósticos que le dan como favorito en los dos próximos encuentros en casa frente el Lucena y Roteña, podríamos em-pezar a hablar de cosas importantes en la población serrana, algo que no ocurre desde hace una eternidad, pero hay que dar tiempo al tiempo y no vender la piel del oso antes de cazarlo.

La verdad es que al Arcos le costó bastante poder superar al conjunto rojinegro, que es uno de los rivales más incómodos y pegajosos que existen en el grupo hoy por hoy.
Prueba de su excelente estado de forma es que lleva nueve jornadas sin perder y de estas, cinco victorias, algunas tan valiosas como la que logró en San Fernando ante el líder de Tercera la pasada semana. Eso no se logra por suerte o por casualidad sino a base de un trabajo agotador y extenuante basado en una presión agobiante sobre el equipo contrario, en este caso el Arcos, al que no dejó ni un solo centímetro de margen para realizar su juego. Si a ello le sumamos la condescendencia del desacertado colegiado Gallegos Jiménez, regalando un ‘piscinazo’ de Emilio y trocándolo en pena máxima cuando tendría que haber amonestado al delantero por su engaño, tenemos que convenir en que no iba a resultar fácil para los visitantes sacar partido de su visita a Las Cabezas.

El equipo del Barbadillo amagó pero no se decidió a pegar fuerte. Se acercó a la portería de Javi en la primera parte en saques de falta y de córners -Canty a banda cambiada y Zúñiga en el lado opuesto- y en acciones de los extremos Jesús y Jacobo que no terminaban con envíos precisos al interior del área rival. Con el gol de Sillero desde los once metros pesando como una losa a lo largo del partido, el Arcos no conseguía igualar la ventaja y se topaba una y otra vez contra la férrea defensa local. Había que cambiar: la entrada de Xavi, Corral y Juanca, sobre todo la de este último, pudo surtir el efecto deseado ya que dio más posesión de balón a los arcenses y les permitió combinar algo más ya que apenas si habían dado más de dos pases seguidos hasta entonces.
Una jugada de Jesús por la banda derecha con centro al área y remate de Juanca más una falta de Zúñiga a la cabeza del mismo jugador, que envió muy cerca de la meta cabecense, fueron los momentos de más peligro a favor de los visitantes, más una caída de Xavi en el interior del área que bien podía haber convertido en pena máxima el errático Gallegos Jiménez para hacer justicia, al igual que hizo con el ‘hombre al agua’ de Emilio en el minuto 13 de partido. La empresa de puntuar en la vecina población sevillana se fue alejando cada vez más hasta hacerse inalcanzable para los de Arcos, que nunca bajaron los brazos peleando tanto o más que los de Manuel Luque, pero no era el día apropiado para puntuar.

Faltaron fuerzas para meter otra marcha más y derribar el fortín rojinegro o, tal vez, una dosis más de habilidad para colarse por algún resquicio de la sólida estructura local, aunque es fácil acordarse del que no juega cuando las cosas no salen como se quiere (léase Caballero).
La verdad es que el Cabecense tuvo mucha culpa de que el Arcos se viniera de vacío al ahogar al conjunto arcense en la mayoría de sus acciones, maniatándole en la creación, impidiéndole meterse en el partido y no dejando que se sintiera a gusto en ningún momento. Y para colmo, aprovechándose de la ‘ayudita’ de un árbitro que cayó en la trampa de Emilio como un pardillo.

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