El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha afirmado, a cuenta de los atentados de París, que "nunca se puede matar en nombre de Dios", al tiempo que ha resaltado que "hay una ofensa a Dios" en cualquier acción terrorista, incluidas aquellas que no tienen la misma repercusión mediática que las ocurridas en la capital francesa.
A este respecto y en su carta semanal, recogida por Europa Press, el obispo ha argumentado que "asistimos continuamente a acciones terroristas que siembran el pánico por toda la humanidad" y ahora "los atentados de París nos han llegado muy de cerca y además han tenido una repercusión mediática inmensa".
Sin embargo, según ha aclarado Demetrio Fernández, "el cristiano reprueba toda acción violenta, esa y todas las que suceden en lugares donde no hay teletipos ni televisión que nos las hagan ver", pues "en cada una de estas acciones hay ofensa a Dios y a los demás", ya que "nunca se puede matar en nombre de Dios", dado que "la persona humana y la vida humana son inviolables, desde su concepción hasta su muerte natural".
En este punto el obispo se ha preguntado "¿quién podrá librarnos del odio y de la muerte, que a veces se desata tan violentamente?", y la resupuesta, según ha destacado en su carta, es que "solo Cristo el Señor, el Rey del universo, el Rey de la gloria. Por eso, al llegar este domingo último del año, el domingo de Cristo Rey, pedimos a nuestro Señor que su Reino llegue a todos los corazones y transforme los deseos de venganza en amor, la destrucción en cooperación al bien, el sufrimiento en esperanza de gloria".
En este sentido, Demetrio Fernández ha recordado que "¡Viva Cristo Rey! ha sido el último grito de amor y de esperanza en la boca de tantos mártires, mientras se tragaban las balas de la muerte", siendo "en ese momento supremo donde el amor llega hasta el extremo, es ahí donde el amor vence al odio, y ese amor es el de Cristo, que quiere reinar en todos los corazones".
NO A LOS "ERRORES DEL PASADO"
En relación con ello, el obispo ha señalado que "estamos amaneciendo a una nueva época y tenemos el riesgo de prolongar errores del pasado, donde ha prevalecido tantas veces la ley del más fuerte, descartando a los más débiles y dejándolos en la cuneta de la vida", cuando resulta que "el Reino de Dios, que nos viene por medio de Cristo, Rey tiene aportaciones originales y eficaces para resolver el desconcierto mundial".
Por eso, ante las preguntas de si "¿será la economía, la civilización tecnológica o la ley del más fuerte, lo que cambiará el mundo, incluyendo a todos y prefiriendo a los que están más lejos, a los que van más lentos, a los que se encuentran en las periferias?", la respuesta que ofrece Demetrio Fernández es que "no, ciertamente no".
De hecho, según ha insistido, "lo que cambiará el mundo, como lo ha cambiado en tantos momentos del pasado, será el amor. El amor gratuito que brota del corazón de Cristo, traspasado de amor por nosotros. Un amor que devuelve bien por mal, un amor paciente y que espera del otro lo mejor de sí mismo, un amor que no se cansa de esperar".
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