El Recreativo de Huelva logró este domingo el cuarto triunfo de la temporada tras un partido en el que se tuvo que sobreponer a otra semana (otra más) de esperpento institucional, al gol inicial de los marbellíes y a un terreno de juego lleno de arena, lento, pesado y más propio de fútbol playa.
Pero bueno, el campo era el mismo para los dos y en él empezó a rodar el balón con un Marbella más dueño de la posesión y con un Recre que tenía centro del campo sólo para contener, porque para lo que era construir poco o nada debido a la apuesta de Ceballos por el fútbol directo, la segunda jugada y la presión alta que de ella se pudiera derivar.
En el minuto 13, Manu Molina botó una falta directa con cierta precisión y Cebriá con una estirada algo exagerada mandó el balón a córner. El saque de esquina dio lugar a una contra bien montada por el conjunto de Loren que acabó con disparo desde la frontal que salió rozando el poste izquierdo de la meta de Rubén.
En el 23’, la tuvo el Recre en la cabeza de Álvaro Moreno, quien (en fuera de juego) remató a bocajarro y provocó una buena parada de Cebriá. Sólo dos minutos después se adelantó el Marbella. Tras varios rechaces en el área albiazul, el balón quedó muerto y Sergio Narváez la pegó con todo, el balón chocó en Rubén Gálvez, pero su despeje fue insuficiente. Mala noticia y malos presagios por la poca capacidad de reacción que hasta ahora había mostrado el Decano.
Pero esta vez fue diferente. El equipo de Ceballos no se descompuso y se puso manos a la obra en busca de la remontada. El empate llegó en el 36’. Pase medido de Manu Molina, Arthuro le gana la posición a su defensa, le pega forzado al palo del portero y el meta marbellí se come el balón con algunas de las papas que podían brotar del campo.
La remontada acabó de tomar forma recién iniciada la segunda mitad, con una gran entrada de Cristian desde segunda línea, su disparo lo desvía Cebriá, y el rechace lo manda adentro Arthuro. El brasileño, eficaz y tremendo en el trabajo de desgaste, lo celebró por todo lo alto.
A partir de ahí, el Recre dio un paso atrás ante un Marbella que con más corazón que cabeza fue encerrando al cuadro onubense, aunque sin especial peligro. En el 93’, una bella chilena de Narváez pudo suponer el empate, pero Rubén Gálvez, bien colocado, se quedó con el balón y el partido murió con un triunfo crucial para que el Recre, al menos en lo deportivo, empiece a salir de una depresión que amenazaba con ser crónica.
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