María Mallol, española residente en París, vivió el tiroteo del viernes noche en la ciudad desde el bar Le Carillon, en el distrito 10 de la capital francesa.
"Nos salvamos de milagro, estamos en estado de shock", ha dicho por teléfono a Europa Press. María se encontraba junto a su hermana en el bar cuando escucharon los disparos. "Yo me puse debajo de una silla, mi hermana detrás de la barra", cuenta.
Ellas resultaron ilesas, pero a su lado había un hombre con la pierna ensangrentada, y varias personas sufrieron heridas por los cristales rotos.
Según su recuerdo de los hechos, el atacante iba andando por la calle Alibert y disparó a ambos lados, a Le Carillon y, en la acera de enfrente, al restaurante La Petite Cambodge.
En los primeros momentos pensaron que se trataba de petardos. Después, al comprobar que no lo eran, todo el mundo se puso a cubierto como pudo.
Cuando cesaron los disparos se refugiaron en la parte trasera del bar --"la gente estaba muy nerviosa, una chica se desmayó", recuerda-- y sólo cuando llegaron la Policía y los bomberos se marcharon a casa.
El bar tenía puesta la terraza, y al salir vieron cuerpos tendidos. Las autoridades francesas han cifrado en 14 las víctimas mortales por el tiroteo en ese local.
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