Ciudadanos se adentró ayer, más si cabe, en el laberinto en el que parece haber convertido la petición de rebaja del Impuesto de Donaciones y Sucesiones. Tras los mensajes contradictorios del miércoles, en los que en apenas unas horas pasó de conformarse con formar un “grupo de trabajo” con el PSOE a la exigencia de que la reforma sea a lo largo de 2016, el grupo liderado por Juan Marín confirmó ayer que no acepta el anuncio de la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, de retrasar a 2017 la modificación del gravamen.
Molestos por el desaire de los socialistas, los de Rivera han pulido su mensaje: la reforma debe ser a lo largo del próximo ejercicio, sin más dilación. El propio Marín lo confirmó a las puertas del Parlamento, en un receso del Pleno, y apuntó dos vías para conseguirlo: la modificación del Presupuesto durante 2016 o una enmienda parcial a esas cuentas antes de que se aprueben en la primera semana de diciembre. “De aquí al día 2 hay tiempo”, subrayó el portavoz del grupo.
Eso sí, en contra de lo que ocurrió con la rebaja del IRPF, la del Impuesto de Sucesiones no será condición para apoyar los Presupuestos del PSOE, que no corren peligro.
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