El joven de 28 años que arrancó una oreja a mordiscos a un desconocido, a quien abordó para robarle y atacó porque presuntamente le había "mirado mal", ha reconocido ser el autor la agresión 'canibal' aunque estaba bajo los efectos de una fuerte intoxicación etílica y ha aceptado penas que suman seis años de prisión.
El acuerdo de conformidad, alcanzado este jueves por las partes antes del acto de juicio previsto en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, contempla penas de tres años y nueve meses de prisión por un delito de lesiones y 21 meses de cárcel por un delito de robo con violencia.
El acusado, quien en el momento de los hechos estaba en el albergue para transeúntes de la capital, ha aceptado otros seis meses de prisión por un delito de atentado ya que, cuando fue detenido, también se enfrento a "mordiscos" a los agentes de la Policía Nacional, según han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
El fiscal ha modificado su escrito de conclusiones provisionales que interesaba ocho años y medio de cárcel y ha rebajado la petición de penas privativas de libertad pero ha mantenido a eximente incompleta ya que el estado de embriaguez que presentaba era de "tal intensidad" que "anuló su capacidad de entender y obrar con conocimiento". Ha tenido en cuenta, asimismo, que es reincidente ya que fue condenado por lesiones y por atentado en 2012.
El acusado, H.J.B.S. se encontraba a las 22,00 horas del 7 de julio de 2014 en la Avenida del Mediterráneo de la capital, a la altura de una gran superficie comercial, cuando decidió acercarse a la víctima para pedirle una lata de cerveza.
Entonces, "con ánimo de menoscabar su integridad física y enriquecimiento ilícito", le golpeó presuntamente en la "cabeza con una botella de cristal, a la vez que le daba bocados" y le sustrajo efectos personales tasados en 293,92 euros.
Durante el ataque "a mordiscos", la víctima, de 45 años, sufrió "la pérdida del pabellón auricular derecho, quedando sólo el lóbulo del mismo" y diversas heridas de las que le ha quedado una cicatriz de dos centímetros en la pierna derecha. Tardó en curar 80 días, de los que 21 estuvo ingresado en el hospital.
Al margen del tratamiento quirúrgico, precisó asistencia en la Unidad de Salud Mental para "tratamiento antidepresivo depresivo y ansiolítico". Así, le ha quedado como secuela, al margen de la física, un trastorno de estrés postraumático moderado y presenta un estado de ánimo triste, insomnio, pesadillas, temor, decaimiento, aislamiento y estado de alerta, además de rechazar la posibilidad de prótesis.
Posteriormente, una vez detenido por la Policía Nacional y durante su traslado hasta un centro hospitalario, "intentó morder" a los agentes. A uno de ellos, le propinó supuestamente un "fuerte empujón" que "provocó" que cayese al suelo.
Según informó la Comisaría Provincial en un comunicado tras el arresto, H.J.B.S., en prisión provisional desde el 9 de julio de 2014, explicó a los policías que había atacado a la víctima "porque le miró mal" y porque "quería su ropa y sus zapatos". En el momento del arresto, con la "boca y la ropa manchada de sangre", les dijo, asimismo: "no lo he matado porque se ha ido corriendo".
Relató, asimismo, que la víctima logró huir de su agresor y correr hasta las cercanas dependencias de la Comisaría Provincial, donde rápidamente le fueron prestados los primeros auxilios.
En concepto de responsabilidad civil, la indemnización ha quedado fijada en 40.000 euros si bien es insolvente. H.J.B.S. no podrá acercarse a la víctima durante 12 años a menos de 200 metros.
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