En un Betis entrenado por Pepe Mel deben comenzar a darse ciertas situaciones por sentadas, tanto buenas, como no tan buenas.
Una de ellas, sin duda alguna, pasa por la actitud y la falta de intensidad del equipo, cuando el colegiado señala el inicio del encuentro. Y ejemplos, desde luego, existen para dar y regalar.
¿Que los jugadores son los principales culpables sobre el terreno de juego? Eso nadie lo niega. Pero en la parte alícuota proporcional de los errores, la figura del entrenador, también ha de asumir como parte del engranaje futbolístico de un grupo, su trozo de responsabilidad en la tarta.
Y ante el Granada, por enésima ocasión, el gol recibido por los béticos en los compases iniciales del duelo no faltó, como casi todos los domingos, a su tradicional cita.
Bien es verdad que la suerte se alió esta vez con el Betis y el fallo de Westermann quedó inutilizado para el rival tras la clara mano de Rubén Pérez en el tanto verdiblanco. Lo mejor, el punto. Palabra de Mel.
Derrota del Betis B (4-1)
Otra más, este domingo, a domicilio ante el Linares, que le hunde más en la tabla.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es