Andalucía

Un botín de 9 millones en las urnas

PSOE y PP absorben el 81% de las subvenciones aprobadas por la Administración para compensar los gastos del 22-M. Podemos y C’s gastaron 650.000 euros, cuando podrían haber movilizado hasta 3 millones. El escaño se traduce en 22.299 euros y cada voto, en 0,82.

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  • Un elector, el pasado 22M. -

La carrera de 15 días en la que los partidos se abren paso a codazos hacia el poder la pagamos entre todos. No hay nada irregular porque lo contempla la legislación electoral, pero lo que el votante quizás ignore es que cada kilómetro que recorren los candidatos en campaña, cada equipo de sonido contratado para poner banda sonora a un mitin o cada papeleta que se cuela en el buzón sale también de sus impuestos.

La Administración es la que corre con la factura del esprint final que conduce a los sillones del hemiciclo. Los cinco partidos que obtuvieron representación en el  Parlamento de Andalucía el 22 de marzo se han repartido 9,31 millones en subvenciones para cubrir los gastos de la campaña. Lo hicieron de forma dispar, tal y como recoge el informe de fiscalización de la Cámara de Cuentas de Andalucía aprobado el pasado día 7, porque el cuchillo que disecciona esa suculenta tarta está sujeto a determinados condicionantes. Entre ellos, el número de escaños obtenidos,  recompensado cada uno con 22.299,12 euros, y el número de votos cosechados, a razón de 0,8229 euros.  Hasta ahí sólo la mitad de los ingresos, porque la Administración completa la partida final para cada formación con subvenciones para el envío de propaganda electoral, un capítulo que en algún caso es superior incluso a los gastos ordinarios de la campaña. Y todo con una salvedad: si no se logra representación en la Cámara, o el 5% de los votos totales, no se percibe cantidad alguna. Es lo que le ocurrió a UPyD o PA.

Abiertas las urnas y repartidos los 109 sillones del Parlamento, el PSOE rentabilizó sus resultados de marzo con unos ingresos de 4,43 millones de euros, prácticamente la mitad de todos los recursos movilizados por su condición de fuerza más votada. Al PP, a continuación en la lista, le correspondieron otros 3,18 millones. Las dos grandes formaciones nacionales absorbieron más del 80% de todos los fondos repartidos.  

Prudencia de debutantes
El siguiente escalón de ingresos confirma una paradoja: IU figura, con 1,04 millones, como la tercera fuerza con una subvención más abultada pese a ser el 22-M tan sólo la quinta fuerza. La coalición de Maíllo rentabilizó su experiencia acumulada en elecciones anteriores y ajustó al máximo el gasto respecto a la previsión de ingresos, algo de lo que quizás pecaron los dos partidos emergentes y debutantes que acabarían rebasándola en el escrutinio.

Los dos recién llegados, Podemos y Ciudadanos, anotaron en sus cuentas unos pírricos cheques de 399.503 y 253.583 euros, respectivamente. Tiene su explicación. Las subvenciones máximas se calculan a posteriori en función de los votos y escaños logrados, de ahí que al ser para ambos su techo electoral fuera una incógnita optaran por la prudencia: si gastas mucho pero tus resultados son pobres, la subvención se vuelve escasa y tocará arrastrar durante años el agujero en las cuentas. También condiciona  la defensa de ambas formaciones a favor de la austeridad. 

En el caso de Podemos la contención fue extrema: la Cámara de Cuentas constata que los 15 diputados arañados el 22-M le habrían dado para gastar en campaña, con cargo a la Administración, hasta 1,85 millones, pero sólo ha recibido los menos de 400.000 que invirtió y que ha justificado. A su favor juega que fue el único partido que no envió propaganda electoral, de ahí el fuerte recorte en su inversión. A C’s también le correspondían, por sus 9 escaños, un máximo de 1,24 millones, a años luz de los 253.000 euros que ha ingresado. En las antípodas, los otros tres grupos (PSOE, PP e IU) calcularon al milímetro sus posibilidades en las urnas y las cantidades ingresadas se ajustan al techo máximo. IU fue la única fuerza con derecho a subvención que rebasó las previsiones. Se le había fijado un techo máximo, en función de sus resultados, de 1,05 millones pero presentó justificantes por valor de 1,10 millones. La Cámara de Cuentas avala que recibiera 1,04.

La lupa puesta por la Cámara de Cuentas sobre las facturas ha detectado seis de Podemos (por 16.615 euros), una de  C’s (1.577) y otra de IU (4.000) ajenas a la campaña. También alerta de que un proveedor de Podemos (60.000 euros) no aportó la documentación. 

 

Adelantos, bancos... y los microcréditos de Podemos

Los tres partidos que lograron sentarse en el Parlamento en 2012 (PSOE, PP e Izquierda Unida) dispusieron en campaña de una vía de financiación adicional vetada a Podemos y Ciudadanos. La Administración concede anticipos antes de las elecciones que luego detrae de la subvención final, pero sólo tienen derecho a ese respaldo las formaciones que contaban con representación parlamentaria en la legislatura anterior. El partido de Pablo Iglesias y el de Albert Rivera, por tanto, tenían cerrado ese grifo al ser debutantes.

Así, los socialistas arrancaron la campaña con 1,35 millones ya en sus cuentas. Lo mismo le ocurrió al Partido Popular (1,33 millones) e Izquierda Unida (495.000 euros). Para afrontar el resto, y a falta de recibir las subvenciones públicas, los partidos se ven obligados a recurrir a la banca en forma de créditos (el PSOE solicitó 2,97 millones, el PP se endeudó en 1,52 millones e IU en 535.000 euros). Ciudadanos llamó también a la puerta de las entidades financieras para costear por esa vía casi 149.000 euros de su campaña.

Podemos, fiel a su filosofía de autofinanciación, sufragó con microcréditos casi el cien por cien de su factura global. De hecho, fue el único que recurrió a esa fórmula por la vía de aportaciones ciudadanas. Así llegaron 398.000 de los 418.255 euros de todo su gasto. La Cámara de Cuentas publica incluso el desglose con datos del propio partido: hasta 1.704 personas respaldaron su iniciativa con aportaciones de entre 100 euros (las más comunes, desembolsadas por 1.359 contribuyentes) y 5.000 euros (tan sólo ocho). 

En los cinco casos, el resto de los fondos hasta cuadrar las cifras fueron aportados por la tesorería de cada partido. Ahí el PP muestra más músculo con 295.372 euros de recursos propios, por sólo 79.060 de los socialistas. La cifra del PSOE es superada incluso por Ciudadanos, que pese a ser un recién llegado  recibió una inyección de recursos propios de 106.390 euros. IU también tiró de ahorros (casi 60.00 euros), como Podemos (20.355 euros).

La Cámara de Cuentas  aplaude pese a todo el ejercicio de contención. De hecho, desde 2012 los recursos de que disponen los partidos en campaña han adelgazado por la crisis. Salvo errores puntuales, la maquinaria electoral respetó las exigencias legales. Si el montante de más de 9 millones es o no desorbitado es ya territorio subjetivo. Con el 20-D  cerca, a la Administración le tocará tirar de nuevo pronto de chequera.

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