Hoy se inaugura el Festival de cine de San Sebastián, en el que compite “Mi Querida España”, documental dirigido por la sevillana Mercedes Moncada y formado por fragmentos, emitidos e inéditos, de entrevistas realizadas por Jesús Quintero. La también sevillana Rocío Huertas coincide con Moncada al bucear en el pasado en la obra que prepara. Sin embargo, en "El otro cuento" lo hace sobre su entorno más familiar con un enfoque autobiográfico. Versa, en palabras de la autora, sobre la violencia económica aplicada en la transformación de la Alameda de Hércules, sin dejar de lado el tema de la prostitución. Otra sevillana, Tamara Arias, ha hecho su primera incursión en el documental, pero no como directora, sino como coproductora en un tema cercano, dada su condición de actriz en Los Ángeles: el sueño de niñas y adolescentes que se instalan allí con el anhelo de la fama de Hollywood.
Ya se habló en un artículo anterior sobre la próxima hornada de documentales andaluces; en aquel caso de cineastas sevillanos y en éste, de autores del resto de Andalucía. A los tres títulos sobre cine andaluz mencionados en aquel texto hay que añadir el que se prepara sobre el jienense Miguel Picazo que, tras debutar con gran éxito en 1964 con “La tía Tula”, sólo pudo dirigir cuatro largometrajes en 20 años.
Su paisano Enrique Iznaola, quien mejor conoce la vida y obra de Picazo como responsable de una cuidada colección editorial publicada por la Diputación de Jaén, es el director de este documental. Lo produce José Antonio Hergueta, que lleva 15 años impulsando este género en Andalucía a través de MLK. Esta productora también está detrás de “La fabulosa Casablanca”, de Manuel Horrillo, y “El gran tour” de Antonio Lobo. El primero cuenta con la presencia de Pedro Casablanc, que toma su nombre artístico de esta ciudad en la que nació, a la que pretende homenajear su director, también natural de allí, mostrando sus años de esplendor.
“El gran tour” es un nuevo acercamiento a los pioneros de la arqueología en Andalucía tras “El Tartessos de Schulten”, ambos dirigidos por el jerezano Antonio Lobo. Otro gaditano, José Manuel Serrano Cueto, es un reconocido cinéfilo, como lo corrobora su documental “Contra el tiempo”, sobre actores de reparto olvidados que produjo el malagueño Carlos Taillefer, un referente del cine documental.
Serrano Cueto cambia ahora de registro, pero sigue rindiendo homenaje al cine español con la comedia documental "Yo quise hacer Los Bingueros 2". Un registro muy diferente tienen los dos que prepara el almeriense Manuel Martín Cuenca: “Resurrection Club: la historia de Pablo Ibar” y “Sahara. El mundo que nunca existió”, ambos con la productora sevillana La Claqueta, una de las más activas en Andalucía en cine documental. Con estos trabajos sobre la pena de muerte y la fallida descolonización del Sahara, Martín Cuenca regresa a este género tras su visión del béisbol en “El juego de Cuba” y su aproximación a Santiago Carrillo.
También es veterano en estas lides el granadino José Sánchez Montes, en su caso como director y productor. La mayoría de sus trabajos tienen un marcado interés cultural como el que prepara sobre la restauración de la Alhambra en los siglos XIX y XX o el que dirigirá Gervasio Iglesias sobre el grupo 091.
La última obra del malagueño Manuel Jiménez es un divertido corto, “Show me now!”, rodado en una decena de mercadillos de Andalucía. De la misma ciudad es David Muñoz, economista y experto financiero que optó por dejarlo todo para dirigir obras como “Flores de Ruanda”, ganadora del Goya al mejor corto documental.
El cordobés Miguel G. García-Revillo es profesor de Derecho, pero en los últimos años ha simultaneado su labor docente con la de director de documentales como “El viaje de Caín”, realizado en Tanzania, y que presentó anoche en los cines Nervión.
Todos estos trabajos, más los comentados en el artículo anterior auguran la excelente edad dorada que vive el documental en Andalucía.
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