“El techo de Chile, de la sociedad y de su economía, es el techo social: cómo no existe la posibilidad de tener una buena ubicación si eres pobre, y acceder a una buena universidad y tener trabajo. En Chile todavía se pide fotografía para el currículum con el único objetivo de ver si la persona parece o no parece de mi clase”, aseguró a Efe el joven director, que ya exhibió su primer largometraje junto a La Croisette.
“Fue mucho mejor de lo que esperaba”, comentó sobre el pase del filme el jueves en la prestigiosa sección de este festival. “Es curioso porque cada persona le agarra su lado (...) gente que recuerda el campo de su niñez (...) al final el campo es igual en todos lados, la vida es la misma”, resume.
Filmada en Chilian (sur) y a partir de una idea que surgió en 2004, Huacho –término que evoca insulto, una ofensa como “bastardo” y que en esa región chilena se emplea para personas o cosas abandonadas– cuenta un día de la vida de una familia campesina, con actores no profesionales que es gente a la que ha conocido el propio director y su familia.
“La película parte de cuando yo estaba viviendo y trabajando en Nueva York y escribiendo de la Bolsa y me tocaba viajar a Chile a ver a mis papás, que viven allá en el campo, en el mismo lugar donde rodamos la película”, rememora el director.
Advierte de que su cine futuro no será sólo “social”, pero recuerda que “siempre” le llamó la atención “el clasismo brutal que hay en Chile; pero brutal, que llega a niveles vergonzosos”. “Vas a un café o a un restaurante y el tipo que te atiende te pide disculpas y te llama señor, agacha la cabeza. Me parece que son cosas medievales que siguen subsistiendo”.
“Cuando uno ve que hasta Standard and Poors y Moody’s, que son ejemplo de lo más liberales y capitalistas, dicen en sus informes sobre Chile que uno de los grandes problemas del país es la falta de movilidad social tú te das cuenta de que si hasta ellos lo dicen, no es que sea sólo un problema social”, subraya.
Le llama la atención que en el cine no se vea a gente “trabajando” y Huacho muestra a personas que tienen que arreglárselas para llevar algún ingreso a la casa, o que tienen que “pelear”, como el niño protagonista, para que los compañeros de colegio le presten la “PSP”.
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