Pintora arcense con una obra que traspasa fronteras, no le gusta catalogarse como expresionista pero si bebe de este género para darle vida a unas pinturas en las que el color y la ausencia de este son imprescindibles para entender el mundo que muestra la pintora María Luisa Rey. Desde pequeña sintió curiosidad artística y de la mano de los cuadernos y los lápices comenzó a dibujar y a desarrollar lo que más tarde sería una carrera artística muy exitosa. Ha expuesto en París, en Austria, en Dinamarca y, la última, en la Sala de Exposiciones de la Torre de Guzmán con Conil con un éxito de asistencia y crítica digno de mención.
Juega e investiga con la técnica, se acerca a la pintura con la curiosidad de una niña y la experiencia de una artista que no pone límites a su creatividad. Desde el betún a las ceras manley pasando por cualquier otro elemento que pueda ayudarle a expresar lo que quiere transmitir y enseñar a las personas que acuden a ver su obra en sus numerosas exposiciones.
Su pintura es entusiasta y viva, muestra estampas cotidianas como una bicicleta o un faro desde un punto de vista diferente, invita al ojo del espectador a terminar la obra y reflexionar sobre el contenido de la misma.
¿Desde cuándo siente interés por la pintura?
—De toda la vida porque en mi casa a todo el mundo le ha gustado mucho pintar de siempre. Así que podría decir que mi interés por la pintura viene desde pequeña.
¿Qué temática suele representar?
—No tengo una temática fija, si es cierto que pinto series de cosas cotidianas como una serie que tengo de faros, otra de bicicletas, de toros,… pero también me gusta pintar retratos. Pinto todo lo que me inspira.
¿Qué exposiciones ha realizado?
—Pues la última ha sido en la Sala de Exposiciones de la Torre Guzmán en Conil de la Frontera, paralela a esta he tenido otra exposición en Dinamarca. Otros lugares en los que he expuesto han sido en Paris, en dos ocasiones, en Austria o en Málaga y Sevilla.
Y está cosechando buenas críticas, ¿no?
—La verdad es que está acudiendo bastante gente a ver las exposiciones y todo el mundo que sale me felicita. La gente sale muy contenta y le gusta lo que ve, eso es lo importante, transmitir.
¿Cree que la técnica es determinante a la hora de pintar?
—La técnica te da la base pero luego cada uno se desarrolla creativamente. Hay personas que me dicen que yo realizo una pintura diferente que no está “terminada”, que deja que sea el ojo del espectador quien la termine.
Hablando de técnica, ¿podría contarme algo más de la novedad que usted ha introducido en sus cuadros?
—Pues he realizado pinturas con betún, pero son solo apuntes rápidos. No lo pinto con el pincel, sino que lo hago directamente con un trapo y aguarrás. Es una técnica que le llama mucho la atención a la gente y que yo utilizo porque seca rápido y me gusta como queda.
¿Cómo se le ocurrió esta idea?
—Hace mucho tiempo que lo hago pero no puede decir porqué. Creo que fue hace años que lo utilicé haciendo un belén de Navidad, observé que se seca rápido y que me facilitaba hacer lo que quería hacer, es más manejable. Yo creo que a todos los materiales se le pueden sacar muchos usos, en la pintura hay que estar investigando y estudiando porque si te quedas en lo que conoces no aprendes nada. Es muy importante desarrollar la curiosidad.
¿Cuáles son sus principales referentes?
—Diría que la pintura expresionista, yo valoro a los realistas y el hiperrealismo, pero me gusta más la pintura abierta en la que la imagen la termina el ojo del que la ve. Uno de los pintores que más me gustan es Kandinsky.
¿En su pintura el color es muy importante?
—Siempre me ha gustado mucho el color. En la academia me decía siempre el profesor que yo era muy colorista. Sin embargo, lo que más me gusta son los contrastes, ir de colores muy claros a negros. Últimamente estoy usando mucho el negro.
Me pasó una anécdota en la última exposición de Conil, se me acercó una mujer y me hizo un comentario que me sorprendió muchísimo. Me dijo: “tú no eres de aquí porque usas mucho el negro y la luz de los cuadros no es la misma que la luz de Conil”. Yo en principio no la entendí porque yo soy de Arcos y no hay mucha diferencia entre la luz de Conil y la luz de Arcos, pero luego pensando si me di cuenta de lo que la mujer me quería decir, lo que ella me decía es que los cielos que yo pinto no son como los de los pintores de la zona porque ellos suelen pintar los cielos muy celestes y los míos tienen muchos matices, uso blancos, grises, azules,…
¿Cómo catalogaría su obra?
—Nunca he sabido como catalogarla, un crítico me dijo que mi pintura era figurativa expresionista y creo que se podría clasificar así porque es una figuración que no está terminada.
¿Cree que en Arcos hay una especial tradición artística?
—Yo creo que sí. En Arcos hay muchos pintores, es un sitio donde en cualquier lugar hay un artista o un pintor o un poeta. Así que diría que sí, que Arcos es un sitio con muchos artistas.
¿Qué le diría a los jóvenes, o no tan jóvenes, que tengan vocación artística?
—Yo les diría que normalmente cuando terminas algo no sueles estar satisfecho al 100% porque siempre piensas que podrías haberlo hecho mejor. Sin embargo, yo animo a todo el mundo que tenga arte dentro a que lo muestre a los demás porque a lo mejor para él no está perfecto o no tiene valor y para los demás sí que tiene significado y les resulta inspirador.
Invítenos a ver sus nuevos proyectos…
—Pues ahora mismo estoy preparando una exposición pero no puedo adelantar mucho y también he solicitado los permisos para exponer en la Casa de España de París y estoy esperando la respuesta para poder realizar la exposición.
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