El sector del comercio tradicional ha sido uno de los más castigados por la crisis económica, pero ahora, después de estar tanto tiempo en penumbra, parece que empieza a ver la luz. Al menos esa es la tendencia que marca hasta ahora la evolución de la campaña de rebajas de verano, que de seguir así, supondrá un “punto de inflexión”.
Así lo ha indicado a Viva Huelva el secretario general de CECA-Comercio Huelva, Fernando Pérez Lozano, que destaca que “por primera vez en mucho tiempo, las rebajas de verano han supuesto un punto de inflexión respecto a las anteriores, porque han dejado de descender las ventas, y al menos se han estabilizado”.
De hecho, afirma que si esta tendencia se mantiene hasta el final de las rebajas, habrá por primera vez en mucho tiempo una “valoración positiva” y se cumplirán las previsiones de facturar en la provincia 18,13 millones de euros. “Estamos esperanzados en que se cumplan y esperamos que este punto de inflexión se consolide y la tendencia de ventas sea creciente por primera vez en muchos años de crisis”.
Y es que el sector del comercio tradicional carga a sus espaldas años agónicos. “Hemos luchado mucho en momentos muy difíciles por el mantenimiento del empleo, y aunque es cierto que algunos comercios han desaparecido, hemos mantenido el nivel de empleo, algo bastante importante, así que ya le toca al sector que vuelva la alegría, porque llevamos muchos años sufriendo y toca respirar”, ha apuntado Pérez Lozano.
Comportamiento desigual
Sin embargo, esta buena tendencia del comercio tradicional en las rebajas no se está dando por igual en todas las zonas de la provincia onubense. De hecho, el secretario general de CECA-Comercio Huelva explica que “el centro de la capital no ha despuntado en las rebajas como pretendíamos, pero se compensa con el aumento de las ventas en las zonas costeras, que es donde hay más movimiento económico”.
Así, insiste en que “en la capital no se puede hacer un balance positivo desgraciadamente porque es una ciudad que necesita ser potenciada en cuanto a la llegada de la gente de fuera; es un déficit que hay que corregir y que está muy relacionado con las infraestructuras”.
A esto hay que unir el impacto de las grandes superficies, de ahí que en CECA “seamos prudentes en el tratamiento de estos centros y creamos que hay que analizar bien sus lugares de implantación”.
Por todo ello, piden a la nueva corporación del Ayuntamiento capitalino, como también hacen al resto de consistorios, que “no se olviden de un sector tan relevante como este, que también embellece la ciudad e incrementa el valor del lugar donde se establece”.
Por último, en cuanto al futuro del comercio tradicional, se muestra optimista, pues “se ha demostrado a lo largo de los siglos que es imprescindible para el desarrollo económico de cualquier zona, y aunque tenga que adaptarse a los nuevos modelos y formatos, seguirá perviviendo, porque además, juega un papel fundamental en la prestación de servicios”.
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