La Guardia Civil ha detenido a trece personas e imputado a otras nueve como presuntos miembros de una red dedicada a estafar a empresas mayoristas de viajes y alojamientos por internet, y que fingió un concentración de coches de lujo en el Circuito de Jerez para dar credibilidad a su actividad delictiva. La operación se ha llevado a cabo en Jerez, Valladolid, Arona (Tenerife) y Madrid.
La investigación comenzó en junio de 2014 en Huesca tras las denuncias presentadas por una empresa de reserva de viajes por internet, a la que habían estafado en la contratación de paquetes vacacionales, estancias y vuelos. El pago de estos servicios se hacía con tarjetas de crédito, fundamentalmente de origen alemán, que habían sido sustraídas o clonadas.
Ya este año se recibieron más denuncias sobre reservas realizadas para Panamá, Barcelona o Tenerife, todas abonadas con esas tarjetas.
El pasado mes de abril, miembros de la red se trasladaron a Jerez, donde con una documentación falsa inscribieron a una persona en el registro de ciudadanos de la UE. Con ese NIE falso constituyeron una sociedad dedicada a organizar eventos.
La red quería celebrar en Jerez una concentración de vehículos y motocicletas de lujo y clásicos. Para ello, alquilaron una oficina que no ocuparon y contactaron con una quincena de bancos para contratar cuentas de negocios y disponer de TPV (Terminal Punto de Venta) para cobrar a los clientes con tarjetas.
Supuestamente, el pago de las suscripciones al falso evento se iba a realizar por este método, ya que la mayoría de los compradores serían extranjeros. Incluso, llegaron a visitar el circuito y realizaron un pre-alquiler para los días 17, 18 y 19 de este mes de julio, contrataron un servicio con una empresa de seguridad para 30 agentes, a la que iban a abonar 12.000 euros, y reservaron en un restaurante comidas y cenas por valor de unos 20.000 euros.
Para dar más credibilidad al evento, la red llegó a promocionarlo. En realidad, lo que pretendían es que el evento sirviera de tapadera para evitar que se conociera la verdadera estafa.
Así, en contacto con ciberdelincuentes de la red TOR, éstos accedían a la web profunda o deep web y previo pago de Bitcoins y facilitaban a la organización tarjetas de crédito o débito clonadas y listas de numeración de éstas, mayoritariamente alemanas. Con las TPV cargaban a esas tarjetas importantes cantidades y adquirían objetos de entre 400 y 900 euros que después vendían a través de internet.
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