Esta sería la pregunta que dejaba en el aire hace unas semanas en esta misma sección. En esa reflexión, aclaraba que la estructura productiva ha permanecido inalterable en los últimos 25 años a pesar de los Fondos Europeos, los “Planes de Modernización” y demás Planes Estratégicos diseñados desde la Junta de Andalucía. Andalucía ha mostrado una gran estabilidad en su estructura productiva, con una altísima dependencia de los sectores primarios, construcción y servicios. Estos últimos, centrados en el turismo. ¿Qué hacer entonces? Voy a intentar marcar algunas pinceladas. El resto del trabajo se lo dejo a los flamantes nuevos consejeros de la Junta.
Cualquier país, comunidad autónoma o provincia, en general, cualquier unidad económica integrada, debe trazar su plan de desarrollo en base a sus valores añadidos inherentes. Es verdad que hasta esto puede incluso alterarse –pensemos en Holanda, ganando terreno al mar-. Pero partamos de algo básico: ¿qué características geográficas, naturales, culturales y demográficas poseemos? Somos una región de un tamaño superior en población y territorialmente a la mayoría de los países de la Unión Europea. Poseemos una situación geográfica que hace de Puente entre África y Europa. Y también entre Europa e Iberoamericana. Con la ventaja idiomática. Poseemos abundantes recursos naturales: sol, viento, mar, minería y tierras cultivables en amplia extensión.
Con todo esto, ¿hacia dónde dirigir los esfuerzos? Pues si tenemos un sector primario “naturalmente” desarrollado, potenciémoslo, pero no sólo en cantidad, sino en calidad. No sólo en cultivos diferenciados, sino culminando el proceso de producción con la transformación y distribución. Desarrollemos y abramos todas las minas que los mercados sean capaces de apoyar. Y no sólo extraigamos mineral, sino que los transformemos y distribuyamos.
Planteemos una política industrial coordinada y con apoyo claro de la Administración Pública. Tenemos una industria, como la aeroespacial, que tiene externalidades más allá del A400M. Creemos un sector servicios, más allá del turístico, que necesita también un reajuste buscando un turismo de mayor calidad y no tanto “low cost” y desarrollemos servicios empresariales aprovechando la red de Parques Tecnológicos ya existentes. Usemos nuestra posición geográfica para ser el nexo de unión y exportador neto de la Unión Europea con Iberoamérica y África.
Muchas veces he oído hablar de Andalucía como “la Silicon Valley” del sur de Europa. Es verdad que tenemos las características estructurales para poder serlo. Pero tenemos que olvidarnos de la subvención por la subvención y del “café para todos”. A veces. Yo diría que todas las veces.
Gobernar, significa tomar decisiones, aunque sean impopulares. Nos queda un Marco Comunitario de Apoyo. Los Fondos que se van a recibir, buscan la I+D y la generación de valor añadido. Las carreteras y los AVEs ya están hechos. Usémoslos. Pero no para ir más rápido. Sino para crear economías de escala.
En su toma de posesión, la presidenta de la Junta de Andalucía dijo que “había que transformar nuestra región y cambiar el modelo productivo”. Aún estamos a tiempo.
Lo peor puede haber pasado ya. La década pérdida es ya una realidad -nos encontramos en el octavo año de crisis-, pero tenemos que evitar que se convierta en tres lustros perdidos. Si el consumo interno o externo se volviera de repente hacia atrás, el terreno ganado al desempleo se perdería y volveríamos a la casilla de salida. O peor.
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