Con este cometido, en España la Coordinadora Estatal de Comercio Justo y la federación de ONG Setem, apoyadas por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), han organizado una fiesta durante todo el fin de semana en Madrid y otras 130 ciudades españolas.
La Plaza Dalí de la capital acoge actividades diversas que van desde desfiles de ropa de comercio justo, un desayuno gratuito, talleres infantiles y una tamborrada.
El propósito de estas iniciativas es concienciar a los ciudadanos de que el Comercio Justo mejora las condiciones de vida de los productores de los países en desarrollo, ya que les garantiza una adecuada compensación por su trabajo y unas condiciones laborales dignas y respetuosas con el medio ambiente.
Según ha explicado a Efe la responsable de Comercio Justo de Setem, Mónica Gómez, la crisis se ha notado sobre todo en las tiendas que venden estos productos y en los regalos de empresa.
Gómez admite que la situación es preocupante, “no sólo por la bajada de ventas, sino por cómo estará afectando a los productores, muchos de los cuales quedan fuera de esta fórmula porque la demanda es menor”.
Por ello, los organizadores quieren trasmitir al consumidor la premisa de “pensar en el más débil” y dar a conocer este tipo de comercio, ya que “una vez que la conocen se muestran dispuestos a adquirir los productos”.
La crisis ha provocado también que los ciudadanos se decanten más por productos alimentarios (café, chocolate, té, cacao, miel y azúcar básicamente) que por artículos de regalo.
Según los últimos datos oficiales relativos a 2007, las ventas de comercio justo en España alcanzaron 17,2 millones de euros, por debajo de las previsiones iniciales en las que se esperaba superar los 18,13 millones de euros.
A falta de analizar el efecto de la crisis, las ventas en 2007 aumentaron un 4% frente a crecimientos superiores a porcentajes del 28% registrados en el año 2005.
El gasto medio de los españoles en este capítulo se sitúa en 361 euros por cada mil habitantes, muy por debajo de los casi 5.000 euros que emplean los holandeses o los 2.700 de los suizos.
Para la responsable del Setem, los clientes de este tipo de tiendas repite casi siembre una vez que las han probado, entre otras razones, por la calidad de los productos.
En este sentido, asegura que cuando se comparan los precios de estos artículos con los habituales de los supermercados se debe tener en cuenta que la calidad de un café o un cacao de comercio justo es superior.
Desde el sello Fairtrade-Comercio Justo, que garantiza el origen de los productos, se insiste en que el consumidor sea consciente del poder que tiene en el acto de comprar.
"No solo se ayuda con una donación. El hecho de elegir un café producido con los cánones de comercio justo es mucho más importante para los productores del sur", señala Pablo Cabrera, portavoz de Fairtrade.
Las ventas de artículos certificados en España (básicamente café, azúcar, cacao y té) han pasado de 1,9 millones de euros en 2006 a 5,3 millones en 2008 y asciende a 30 el número de empresas privadas que los ofertan, algunos dentro de la marca blanca de la compañía.
Entre las personalidades del mundo de la cultura que han mostrado su apoyo a la campaña figuran Hilario Pino, Iñaki Gabilondo, Lorenzo Milá, Mercedes Sampietro, Silvia Marsó, Berta Navarro, Antonio Molero o Gorka Otxoa, entre otros.
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