Este año el Colectivo da un giro de trescientos sesenta grados. Abandona el arte figurativo y se adentra en el cubismo y hasta un poco en el surrealismo. "Queremos homenajear a dos grandes figuras de la pintura española maestros en ambos géneros: Picasso y Dalí" señalan.
En este sentido, apuntan que "el mundo lo convertimos en un cubo de seis caras, aunque tal vez sean más de seis, de las que escapan espirales de líneas rectas o curvas que van combinándose creando unos espacios donde los colores forman caprichosas figuras o mundos fascinantes que no serán fáciles de ver pero que están hay tras las deformes figuras" .
"Sigue los caminos del color y sentirás que tras la irregularidad hay un arte latente y con una rara y extraordinaria viveza en las que cada artista abre su mente a este mundo de cuadrículas irregulares que son aunque no parezcan que son" argumentan desde el Colectivo de Artistas, señalando que "en cada línea, en cada figura, en cada color, late el pensamiento surreal del artista, que crea monstruos o seres deformes que se enredan entre un mar de líneas de colores".
Se trata de un "reto que se asume desde el concepto abstracto donde nada es lo que parece ni parece lo que es. Un concepto que abre y busca caminos donde quizás no existen pero que se plasman en el lienzo y desde ese momento ya existen".
Un reto que rompe con lo habitual intentando de nuevo que el espectador se sorprenda ante lo irreal, ante el entramado de líneas y colores. Un enorme esfuerzo para hacer que las líneas tengan vida y expresen algo.
El mundo en esta exposición será un cubo de cien caras diferentes que acabarán mirando el interior de tu mente lógica desde una situación carente de toda lógica.
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