El expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán, que ha renunciado a su escaño en el Senado y está a la espera del pronunciamiento del Tribunal Supremo, donde declaró por el caso de los ERE, ha manifestado que "cuando uno tiene el convencimiento de su inocencia da lo mismo quien sea el juez, porque sabe que al final se va a hacer justicia".
Griñán ha manifestado que decidió que renunciaría al escaño una vez que Susana Díaz hubiera tomado posesión como presidenta de la Junta.
"El domingo ya sabía que era mi último día como senador, y en el mismo momento en que tuve la alegría de verla acceder al cargo decidí claramente presentarme hoy en el Parlamento andaluz, temprano, por la mañana, y hacer efectiva mi renuncia", afirma.
Señala que una vez que prestó declaración en el Tribunal Supremo, al día siguiente, remitió un email a la presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A diciéndole que no quería la reelección como senador e incluso no quería el tiempo que faltaba de legislatura.
Afirma, en relación con las negociaciones para la investidura de Díaz, que le dijo "si tienes que prescindir de mí, aquí tienes mi renuncia para que la enseñes si la necesitas". "Luego vi que no era menester, que se habían aceptado las reglas del partido, y esperé a la investidura", ha apuntado Griñán.
El expresidente ha tomado la decisión sobre la renuncia a su escaño porque la situación "es bastante insoportable". "Es una situación que no es que yo no la pueda sobrellevar, porque llevo desde el 75 dedicado a la política, tengo 69 años, pero mi familia no, y sobre todo los que son profesionales ahora mismo, mis hijos", ha indicado, apuntado que no tiene que estar "sometiendo a penas de telediario" a sus hijos.
Preguntado sobre en qué situación queda al abandonar el fuero, ha expresado que "depende", ya que el Tribunal Supremo puede considerar que por la continencia de la causa siga allí o puede ocurrir que lo trasladen a los juzgados de Sevilla, o puede ser que se sobresea todo.
"Yo no lo sé. Esa no es la cuestión, la cuestión es que es muy desagradable, sobre todo, porque nadie, nadie, podrá decir nunca ni de Manolo (Manuel Chaves) ni de mí que hemos hecho algo deshonesto en lo personal o familiar", ha señalado Griñán, quien expresa que le duele no "solamente que se nos haya jugado como moneda política sino que se nos haya utilizado por personas que saben quien soy".
Ha expresado que todo el comportamiento de Susana Díaz con él "ha sido amigable, incluso muy entrañable" y que ha hablado con ella en estos últimos días.
Respecto a como influye su decisión en la posición de Manuel Chaves, señala que es distinto porque Chaves tiene meses de legislatura por delante y se ha establecido claramente que si no hay imputación de un delito no tiene por qué abandonarlo, lo que le parece "lógico".
"Yo lo he hecho, primero, por razones personales, que nunca deben trasferirse a otros, cada uno tiene sus propios procesos internos", señala y recuerda que su legislatura era más corta. "Pero a Chaves le queda legislatura y tiene pleno derecho a esperarse a que se sobresea el tema", apunta.
En cuanto a la frase que pronunció tras salir de declarar en el Tribunal Supremo relativa a que "aquí pudo haber un gran fraude, pero no un gran plan", ha admitido que fue una "metedura de pata", porque hubo "un periodista más listo que yo". Según Griñán, ha habido actos "irregulares, sin duda", pero esa expresión "fue desafortunada".
Griñán señala que en estos días irá a pedir su jubilación y que a partir de ahora, será "un pensionista más".
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