Metidos de lleno en las innumerables incidencias que se derivan de los resultados de las últimas elecciones autonómicas y municipales, en que asistimos perplejos a una sucesión de conversaciones en las que partidos que han obtenido unos votos muy determinados los utilizan sin embargo muy por encima de lo que realmente representan, para jugar con esos votos decidiendo realmente los futuros gobiernos a pesar de que son una clara minoría, nos encontramos de bruces con los nuevos consejos del Fondo Monetario Internacional para España.
Y con esa tremenda imaginación que parece alumbrar a esos brillantísimos economistas comienzan por recomendar algo tan inimaginable como subir el IVA, aumentar los impuestos especiales y medioambientales y el copago en educación y sanidad. Pues simplemente no sólo no estoy de acuerdo, sino que estoy radicalmente en contra. A lo mejor es verdad que lo hacen para que ahora el Gobierno diga que nos les hace caso y con eso empiece a quedar bien en esa urgente tarea de mejora su imagen que va a convertirse en objetivo fundamental en lo que nos queda de legislatura.
Pero creo que si se quiere a estas alturas permitir que España siga creciendo y que pueda acometer nuevos proyectos hay que dejar de subir impuestos y al contrario permitir que los contribuyentes dispongan de más capacidad y puedan invertir y consumir par crear riqueza. Sangrarlos a base de más impuestos para obtener una mayor financiación de la Administración no es en mi opinión medida beneficiosa en absoluto en este momento, en que por el contrario la prioridad debe ser adelgazar la enorme Administración que tenemos y el gasto público que genera y que se pone aún más manifiesto con toda esa problemática surgida de las recientes elecciones.
Y ya en Andalucía la situación habría sido ridícula si al final hubiera sido preciso convocar nuevas elecciones, la gran amenaza de la Sra. Díaz. Aunque no parece muy coherente su argumento de que hay que permitirle gobernar, pero ella no va a apostar porque su partido deje gobernar a las listas más votadas en los Ayuntamientos. O sea, como siempre, lo importante es el poder aunque para ello hay que hacer filigranas como también parece que empiezan a hacerlas esos nuevos partidos con pactos contradictorios que no sabemos cómo van a poder explicar que obedecen a su ideología y su programa. Y menos aún cuando en Pamplona van a conseguir que el Alcalde sea nada menos que de Bildu, lo cual me parece una aberración tan tremenda que hace que se nos revuelvan las tripas. Nunca pensé que pudiera pasar.
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