Andalucía

‘La profesora de historia’: Asignatura pendiente

Aquí el alumnado es como es, pero respeta a su profesora. El conflicto no se centra entre ellos y ella, sino en el desafío que les propone para salir de los círculos viciosos cerrados en los que aprisionan sus vidas...

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La francesa Marie-Castille Mention Schaar es una guionista, productora y realizadora, con tres películas en su haber. La tercera es esta que nos ocupa, cuyo título original es ‘Los herederos’. Su argumento está basado en la historia real que vivió, en su instituto el año 2009, uno de los protagonistas, Ahmed Dramé, quien, además, es el coguionista junto a la realizadora. Por otra parte, la profesora a que alude el título, excelentemente interpretada por Ariane Ascaride, está basada en una enseñante de un liceo de Créteil.

100 minutos de metraje. Fotografiada por Myriam Vinocour. La partitura es de Ludovico Einaudi. Se centra en instituto , con una clase especialmente conflictiva,  abúlica y apática. Una clase multirracial y con encontradas creencias religiosas, que le hace la vida imposible a todo el profesorado, a excepción de una maestra, a la que admiran, y que se preocupa por ell@s. A fin de motivarles, esta mujer les inscribe en un concurso nacional sobre lo que significa ser adolescente en un campo de concentración nazi. Este hecho cambiará radicalmente sus vidas y sus futuros.

Una vez escrito este preámbulo obligado, quien esto firma ha valorado en la cinta su huida de los tópicos al uso de este género, por derecho propio, tan frecuente en el cine. Aquí el alumnado es como es, pero respeta a su profesora. El conflicto no se centra entre ellos y ella, sino en el desafío que les propone para salir de los círculos viciosos cerrados en los que aprisionan sus vidas.

Otro de sus puntos fuertes es todo el proceso que les conduce a integrarse de lleno en la terrible infamia del holocausto, con sus protagonistas y hasta un testigo, que la mayoría o bien desconocía, o bien se resistía a creer en la complicidad de su país en semejante barbarie. Este tratamiento es lúcido, emotivo y potente.

Algo que su impecable factura visual contribuye a resaltar. Y, desde luego, se apoya en un reparto absolutamente creíble en el que destacan la mencionada Ascaride y el citado Dramé.

Aunque… carga las tintas en un final más que triunfalista, aunque resultón. Porque se aplica la máxima de que algo cambie para que nada lo haga. El sistema educativo no es puesto en cuestión nunca, nunca, aunque sea, precisamente, el meollo del problema. Y, si bien muestra respeto con los diferentes credos de los y las jóvenes, no resulta especialmente sensible con otras víctimas. Precisamente, con las víctimas de las víctimas glosadas.

Pero, por encima de todo -y es su gran asignatura pendiente -a la mirada violeta de quien esto firma le resultó intolerable su visión cómplice, cobarde y elusiva, de la agresión-chantaje-violencia machista teocrática sufrida por el personaje de Jamila, que se ve obligada a claudicar, ‘libremente’, frente a las amenazas de sus matones acosadores. Intolerable y más aún si tras la cámara está una mujer. Véanla y fórmense sus propias opiniones al respecto.

http://sevillacinefila.com/

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