Los malagueños pagan 2,5 millones de euros al año por limpiar su red de saneamiento, para que el agua llegue limpia al mar. Pero podrían ahorrar un 20% de este coste si el agua desalojada por sus desagües no saliera tan contaminada como llega a las depuradoras, advierten los expertos.
‘El váter no es una papelera’ es el nombre de la campaña desarrollada por el Ayuntamiento y la Empresa Municipal de Aguas, en colaboración con el Aula del Mar.
714 estudiantes de Educación Primaria de 17 centros educativos malagueños han participado en esta iniciativa que, de partida, ha estudiado sus comportamientos en casa.
El 30% de los alumnos encuestados ha revelado que en su cuarto de baño no hay papelera, una costumbre que, a priori, puede suponer una señal de emplear el sanitario como basurero, según alertan los organizadores de la campaña. Aunque tampoco está asegurado, advierten, que el 70% restante arroje al wáter residuos que no debiera.
Los alumnos participantes en esta iniciativa no sólo han realizado un cuestionario, sino que posteriormente han hecho una visita a una de las estaciones depuradores de Málaga y a la playa. Gracias a estas visitas han podido ver los residuos que no pueden ser eliminados y que, como también han podido comprobar, terminan en la playa.
Es el caso de los bastoncillos para limpiar los oídos, las compresas o los preservativos.
La sorpresa de los pequeños les ha convertido, alertan los desarrolladores de la campaña, en sujetos activos de defensa del medio ambiente.
Todos han coincidido en dejar claro que lo único que se puede arrojar al wáter, más allá a los restos orgánicos, es el papel higiénico.
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